Después de la muerte Sydney Carton el Doctor Manette y su hija volvieron a Inglaterra después de haber vivido aquellos trágicos acontecimientos.
El Doctor Manette estaba en el jardín de su casa leyendo tranquilamente cuando de repente le entró un fuerte dolor de cabeza y cayó al suelo, su hija estaba en el salón cuando de repente oyó el golpe y salió afuera rápidamente. Al encontrar a su padre desvanecido en el suelo se puso muy nerviosa, tanto que rompió a llorar desconsoladamente. No sabía que hacer. Fue corriendo y se colocó al lado derecho de su padre e intentó reanimarlo inútilmente porque el Doctor no daba señal alguna de vida. La Señorita Manette pidió ayuda gritando a la calle pero era en vano porque nadie respondía. Ella persistió con los gritos y un hombre que pasaba por la calle oyó los gritos y corrió hasta el jardín rapidamente. El hombre casualmente era un médico Inglés. Iba para la consulta así que llevaba los utensilios de médico que fueron los que salvaron la vida al Doctor Manette.
Pasaron unos días y el Doctor que salvó al Doctor Manette, llamado Doctor Alfred Wilson iba a visitar a los Manette. Alfred era un hombre alto, de piel morena, ojos verdes, pelo castaño y bastante ágil. Era un hombre agradable y tabajaba en una consulta cerca de la casa de los Manette. El Doctor Wilson y el Doctor Manette se hicieron buenos amigos y se contaban sus viejas anécdotas de médicos.
El Doctor Wilson iba a visitar a los Manette cada día después de acabar su turno en la consulta, hasta que un día dejó de venir sin dar noticia alguna. El Doctor Manette estaba deprimido ya que, despúes de aquel desmayo que sufrió sus fuerzas eran menores y ya casi no salía de su casa y el único entrentenimento que tenía eran las visitas de su gran amigo el Doctor Wilson.
El Doctor Manette estaba muy débil y murió. La Señorita Manette estaba muy triste por la pérdida de su padre, tanto que ya no salía apenas de su casa.
Pasaron varios meses y el Doctor Wilson volvió y le dio explicaciones a la Señorita Manette de porque no había dado señales en todo este tiempo y al enterarse de la muerte del Señor Wilson se puso muy triste. Él no apareció mas por allí y a los pocos días murió.
La Señorita Manette volvió a Fancia donde se casó con un alto ejecutivo francés con el que pasó el resto de sus días.
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