Y si por un momento habéis llegado a pensar que mis andanzas
solo fueron fruto de mi manera de ser y hacer las cosas estáis equivocados nada
hubiera sido posible si el alma de mi madre no me hubiera visitado cada noche
en mis sueños, nunca la conocí, ella dio su vida al darme la mía, sin embargo
desde que tuve uso de razón la sentía presente siempre al ir a la cama , cuando
cerraba los ojos y me invadía la melancolía, era el momento justo de soñar con
ella, me decía no tengas miedo, se fuerte, valiente, generoso. Esto me sirvió
en momentos muy duros en mi vida, por ejemplo, cuando tuve que zarpar en un
barco con rumbo desconocido, para cuando llegue a España y me recibieron gente
que no había visto jamás y sobre todo para cuando tuve que pintar la cruz en el
pecho de mi gran amigo Velázquez siempre pensé que el mismísimo diablo tuvo que
ver algo en todo esto.
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