jueves, 31 de octubre de 2013

Continuación de "El sabueso de los Baskerville".

Resumen del último capítulo: Examen retrospectivo.

En una fría noche de niebla el Doctor Watson y el inspector Sherlock Holmes, estaban sentados cerca de un fuego en su sala de Baker Street. Ambos empezaron a reconstruir los hechos de este misterioso caso. 

El Señor Stapleton era un Baskerville, su padre era Sir Rodger Baskerville (hermano de Sir Charles Baskerville). Rodger, huyó a Sudamérica y antes de morir tubo un hijo llamado Jack. Éste allí se caso con Beryl García y cometieron un importante robo así que se cambiaron los apellidos por Vandeleur y huyeron a Inglaterra. Fundó una escuela y cuando quebró se volvieron a cambiar el apellido por Stapleton.

Poco tiempo después, descubrió la enorme herencia de su familia pero averiguó que tenia a dos hombres por delante; Sir Charles y su sobrino Sir Henry Baskerville.

Los señores Stapleton decidieron mudarse a una casa en Baskerville Hall, lo más cercana posible de la mansión Baskerville. Allí, contrajeron una amistad muy fuerte con Charles. Al enterarse de que tenía problemas de corazón, de la leyenda del sabueso y de que era muy supersticioso tramó un plan para matarlo de un susto, comprando un sabueso y dándole un aspecto infernal.

Ahora le tocaba a Sir Henry. Éste era de Canadá, pero al enterarse de la tragedia con su tío se trasladó a Londres. Allí, Jack lo intentó matar pero no pudo ya que estaba con Watson, Holmes y el doctor Mortimer. Con él llevo a su esposa que la dejó encerrada en un hotel ya que no se fiaba de ella y esta envió una carta a Sir Henry advirtiéndole de que no fuese a la mansión Baskerville. Al no poder matarlo en Londres, se dirigió a su hotel y le robó una bota para que el sabueso tuviese su olor.

A los pocos días, Watson y Sir Henry se trasladaron a Baskerville y Holmes sin que nadie supiese nada se ocultó en una cueva cerca del lugar. Sherlock al investigar un poco se dio cuenta de que la carta tenía un bonito olor a jazmín, entonces empezó a estudiar a los Stapleton y sospechó de ellos. 

Este caso no se podía llevar a un tribunal, así que Watson y Holmes obtuvieron por dejar que Stapleton actuase con su sabueso sobre Sir Henry pero en el último momento; cuando el sabueso fue a atacarle, ambos saltaron sobre el perro y lo mataron. Jack Stapleton huyó a la ciénaga donde escondía a su sabueso, allí desapareció repentinamente y supusieron que se lo había tragado la ciénaga.

Al terminar de contar esto, Holmes, le propone a Watson de ir a almorzar y seguidamente ver un teatro.


Aquí comienzo con la continuidad del libro:

Sherlock Holmes y Watson fueron a Marcini's a almorzar. Cuando terminaron se apresuraron para ver la representación de los dos hermanos De Reszke. Hacía un buen día y al haber mucho tráfico decidieron ir a pie, ya que el teatro no estaba muy lejos del restaurante.

Habían entablado una conversación muy interesante y un poco graciosa sobre el ingenioso plan aunque sencillo del señor Jack Stapleton.

 Entraron en la calle principal y los dos amigos se quedaron estupefactos ante tal repentina visión. Observaron durante unos minutos, seguidamente se miraron los dos, tenían la cara desencajada y Watson empezó a tartamudear sin saber que decir. Tenían delante a un ''muerto'', el señor Stapleton. Holmes disimuladamente se le acercó y cuando apenas se separaban por un metro Jack se dio cuenta y empezó a correr.

Holmes y Watson lo seguían muy de cerca. Stapleton intentó coger un carruaje pero Holmes que era muy habilidoso corriendo lo atrapó antes de que este pudiese subir.

Rápidamente Watson informó a las autoridades que en cuestión de minutos lo encarcelaron.

Al día siguiente, el teniente coronel de la guardia civil citó a Holmes y a Watson, para agradecerles la detención del señor Stapleton.


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