jueves, 31 de octubre de 2013

Continuacion y capitulo final. Libro Zalacaín el aventurero

Capítulo final

Martín y Catalina, su mujer, estaban en su carricoche dirigiéndose a Valcarlos, estaban hablando de Carlos de Ohando, hermano de Catalina.
 
Cuando llegaron, entraron en la posada y se quedaron allí hasta el anochecer. En el momento que iban a salir, se encontraron a Carlos de Ohando y a el Cacho, grandes rivales de Martín. Catalina quiso abrazar a su hermano, pero él la rechazó. El Cacho se marchó y Martín se quedó discutiendo con Carlos y diciéndole que perdonara a su hermana. Martín lo cogió por el cuello y lo llevó hasta Catalina para que le pidiera perdón, estaba a punto de ahogarse pero no se lo pidió. Entonces sigilosamente tras la esquina el Cacho sacó un fusil y lanzó un disparo que alcanzó en la espalda a Martín. Su esposa fue corriendo para intentar salvarlo, él se acercó a ella y le dijo: "Adiós". Martín murió y Catalina se desmalló al lado del cadáver.
 
 
Días después enterraron a Martín en el cementerio de Zaro. Fueron a visitarlo tres conocidas suyas, la primera fue Linda, la conoció cuando era niño en un circo, puso una rosa negra sobre la tumba. La segunda era la señorita de Briones, la conoció durante sus aventuras, ésta puso una rosa roja. Por último Catalina, iba todos los día al cementerio y colocó una rosa blanca sobre la tumba de su amado.
 
 
 

Continuación del libro

 

Carlos, victorioso, fue a celebrarlo a la taberna. Se quedó durante horas cantando y bebiendo con sus compañeros.
 
 Al anochecer regresaron a sus casas, cada uno por un camino distinto. Era más de media noche y estaba todo oscuro, Catalina quiso aprovechar la situación y cogió un cuchillo de su casa. Se dirigió a la casa de su hermano y allí se escondió. Pasaron unas horas en las que ella reflexionaba sobre si debería hacerlo o no, finalmente se decidió. Cuando Carlos regresó de la taberna proseguía a entrar en su casa pero Catalina fue rápida y le clavó el cuchillo en el pecho.
 
Se arrepintió mucho por lo que había hecho, así que seguidamente agarró el cuchillo con fuerza, lo puso contra su pecho y se lo clavó. A la mañana siguiente todos estaban tristes debido a la masacre que hubo el día anterior, los dos hermanos fueron enterrados junto a Martín y descansaron en paz.

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