domingo, 1 de junio de 2014

Continuación del libro. Yerma.


CONTINUACIÓN DEL LIBRO


(En el momento que Yerma mata a su marido, está asustada y huye aprisa. Durante su huida Yerma se encuentra con María y ésta la para en seco.)
MARÍA: Yerma, ¿dónde vas tan deprisa? ¿qué ocurre? Anda ven a mi casa que tengo que hablar contigo.
YERMA. Déjame, vete... Tengo que huir, me vendrán a buscar... He cometido algo horrendo.

(En el momento en que estaban hablando María y Yerma, vienen dos guardias civiles y apresan a Yerma.)
HOMBRE 1. Yerma tienes que acompañarnos al cuartel, estás acusada de la muerte de tu marido.
YERMA. (Cabizbaja hacia María). Lo siento amiga, me vi obligada a hacerlo...
MARÍA. (Negando con la cabeza y a punto de romper a llorar) Es imposible Yerma tu nunca harías eso, ¿verdad? (tras unos segundos) ¡Yerma! ¿verdad?
HOMBRE 2. Señoritas ya hablarán ustedes en comisaría. Además ya no cabe duda, si alguna duda pudiéramos haber tenido, ya no existe... acaba usted de confesar.




                                                                FIN DEL ACTO TERCERO.


                                                                          ACTO CUARTO.


                                                                       CUADRO PRIMERO.


(El telón tras unos minutos se vuelve a abrir. Yerma va a parar a una cárcel en la que se da cuenta desde los primeros días que hay presas embarazadas y niños muy pequeños con ellas pero a la vez desamparados porque sus madres no están exentas de problemas físicos y/o psicológicos. Entonces se le ocurre ir a hablar con el director para hacerle una propuesta. En la escena aparece Yerma hablando con el director de la cárcel, vestido con traje de chaqueta negro, en su despacho.)


YERMA. (Yerma , con la vestimenta obligatoria de la carcel, se había peinado y lavado lo mejor que había podido. Nerviosa y tartamudeando) Buenas tardes señor, mi nombre es Yerma.
SEÑOR DIRECTOR. Buenas tardes.
YERMA. Para empezar, me gustaría decirle que estoy totalmente arrepentida de lo ocurrido aquel día con mi marido.
SEÑOR DIRECTOR. Vale, me parece correcto. Pero, ¿para qué me ha pedido usted cita?
YERMA. (Muy segura de sí misma) Pues mire, Señordirector, he observado que hay niños pequeños, que no tienen la mejor alimentación e higiene debido a que sus madres tienen problemas físicos o psicológicos.
SEÑOR DIRECTOR. Estoy de acuerdo con ello señorita,  ¿qué quiere usted hacer al respecto?
YERMA. Como me encantan los niños, me gustaría poder educarlos, desempeñando yo el papel de sus madres, ya que estas últimas no pueden hacerlo en condiciones normales.
SEÑOR DIRECTOR. Vale, lo veo bien, mañana empezarás con esta función.
YERMA. (Satisfecha de haberlo conseguido.) Muchas gracias director. Estoy encantada, no se arrepentirá de haber confiado en mí.
SEÑOR DIRECTOR. No hay de qué, ahora vete que es la hora de almorzar.



                                                                                TELÓN.



                                                                       CUADRO SEGUNDO.

(Pasados tres años de la entrada de Yerma en la cárcel, el director supo reconocer su trabajo realizado en este tiempo y en recompensa por su colaboración decidió hablar con ella en privado para comunicarle sus intenciones.)

SEÑOR DIRECTOR. Buenas tardes Yerma.
YERMA. Buenas tardes señor director. ¿Qué tal se encuentra?
SEÑOR DIRECTOR. Bastante bien, me gustaría comentarle un tema bastante serio.
YERMA. Dígame señor director.
SEÑOR DIRECTOR. Debido a su buen hacer y a su trayectoria, ha conseguido unos resultados impresionantes con unos niños condenados a una vida muy difícil. Por ello, quisiera ofrecerle que se fuera a trabajar a un hospicio recién inaugurado en el centro de León, y en vez de estar encerrada en la cárcel donde no tiene ninguna libertad, realice esta magnífica contribución a la sociedad en plena naturaleza.  ¿Qué le parece?
YERMA. (Sorprendidísima.) Me parece genial director, me encantaría.
SEÑOR DIRECTOR. Bien Yerma, pues haga usted sus maletas que se va mañana mismo.
YERMA. Vale director, me voy ahora mismo. Adiós.


(De esta forma termina el acto, Yerma podrá rehacer su vida haciendo lo que más le gusta, convivir y cuidar de los niños.)

                                                                               TELÓN.








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