Maston entro a la
sala principal del observatorio y con un fuerte grito dijo- ¡Ya se como
conseguir que vuelvan a la tierra!-
- Y como haremos
eso- dijo uno de los trabajadores del observatorio.
- Con otro
proyectil, pero esta vez no llevara pasajero, esta vez llevara explosivos
-
- ¡Esta loco!,
eso no funcionara- dijo el trabajador.
-Perdone pero
como se llama usted-
- Jackson, Andrew
Jackson- dijo con voz vacilante.
-Pues señor
Jackson, sabe por que funcionara, pues por que esta vez el proyectil pasara por
encima del otro proyectil, donde están nuestros amigos y la onda expansiva que
generara el proyectil con explosivos ara que salgan de la orbita y regresen a
la tierra-
-¿Pero como aras
explotar los explosivos?- pregunto Jackson un poco confundido.
- Esos es muy sencillo,
con una bomba de relojería, por eso esta tarea es muy complicada y necesito a
los mejores para que calculen la trayectoria, el tiempo de la bomba y cuando
estará el proyectil con nuestros amigos en la posición necesaria para que lleguen
al océano ileso. Bien, pues al trabajo-
Y así lo
hicieron, en pocas semanas ya sabían la trayectoria, el tiempo de la bomba y la
posición del otro proyectil, pero aun faltaban una cosa muy importante, el
dinero para construir el proyectil con los explosivos.
-Señor Maston ya
hemos recopilado toda la información que ha pedido, pero necesitamos construir
el proyectil y no tenemos suficiente dinero- dijo el señor Jackson.
- No se preocupe
de eso, ya me encargo yo de las finanzas- dijo Maston con seguridad.
Al día siguiente,
Maston fue al banco para pedir un préstamo.
- Así que quiere
que le de dinero de semejante cantidad- dijo el director general del banco.
- Sí, con el dinero
podré salvar a las personas que están en el espacio, y no se preocupe, se lo
devolveremos todo, en cuanto llegue el señor Barbicane y el señor Nicholl se le
devolverá el dinero- dijo Maston.
-Eso espero,
porque si no, les arruinare la vida- dijo el director.
Varias semanas
después, todo estaba listo y el lanzamiento empezaría en dos horas, ya que
estaban haciendo los últimos cálculos.
A la hora del
lanzamiento, todo estaba en silenció.
- Diez, nueve,
ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno, ¡ignición!- dijo Maston.
El proyectil se veía
del telescopio y una vez llegado al punto esperado, se consiguió el objetivo,
la explosión había hecho que el otro proyectil saliera de la órbita y cayera en
el océano Atlántico, y ya lo único que faltaba era recoger a los astronautas.
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