domingo, 1 de junio de 2014

Viaje al centro de la tierra II: La Isla Misteriosa.

LA ISLA MISTERIOSA

Mi tío Lidenbrock y yo estábamos de vuelta. Grouben recibió una llamada de su padre desde Islandia, le dijo que un tren nos llevaría de vuelta a  Hamburgo, Alemania.


Cuando llegamos, Grauben nos dió un abrazo a ambos, ella estaba muy feliz porque los dos estábamos de vuelta sanos y salvos.

Pasaron varios meses desde el regreso de nuestra aventura, en ese tiempo mi tío había escrito un libro, titulado tal y como el descriptivo nombre de la hazaña que habíamos hecho, visitar el centro de la tierra, el nombre del libro era, por tanto, "Viaje al centro de la tierra".

Mientras, yo me había casado con Grauben. Podemos decir que tanto el tío Lidenbrock como yo, eramos muy felices. 
El tío Lidenbrock se hizo famoso gracias al  libro, vivía en su casa de siempre con su criada Marta; yo por el contrario, me había comprado una casa y vivía dichoso con   Grauben. 

Cuando mejor estábamos con una vida feliz y cómoda, un criptograma llegó a mis manos. Se lo enseñé al tío nada más verlo, y éste lo resolvió sin problema alguno. Lidenbrock estaba asombrado, leyendo aquel criptograma y de repente soltó sus gafas, parecía muy impresionado. Le dije:
-Tío, ¿qué pasa?
-Si lo que pone en este criptograma es cierto lo ha escrito tu padre.
-¿Mi padre? Sabes que él y mi madre murieron en un accidente de avión hace ya aproximadamente un año.
-La tinta o con lo que este escrito se está borrando, parece haber sido escrita hace meses o un año más o menos, lo investigaré en mi laboratorio y te diré cuando se escribió.
-Gracias tío...

Unos meses después...

Tras averiguar mi tío cuando fue escrito el criptograma, que la persona que lo envío fue mi padre y que había códigos en cada esquina del papel, que eran las coordenadas del lugar donde posiblemente se encontraban mis padres. Yo comencé a preparar el equipaje  necesario para viajar hasta donde nos indicaban esos códices, su ubicación. Pero yo tenía preguntas y no encontraba sus respuestas; ¿Como pudieron sobrevivir a aquel accidente de avión? ¿Por qué escondieron la localización de aquel lugar? ¿Como me había llegado a mis manos aquel criptograma? Si de verdad están vivos, ¿por qué decidieron quedarse en aquel lugar y seguir escondidos? No lograba encontrar las respuestas necesarias para cada pregunta.
"Cueste lo que cueste, iré a aquel lugar" pensó Axel.

Me despedí de mi mujer, ya que no dejé que viniese conmigo por si fuese peligroso. Aunque no fui solo, mi tío Lidenbrock quiso acompañarme para encontrar a mis padres y su hermano y cuñada.  

Teníamos que llegar hasta España, y desde allí coger un avión hacía el océano atlántico para llegar al triángulo de las bermudas, donde nos dirigían las coordenadas de aquel lugar, de aquel sitio en el que estuviesen mis padres.
Llegamos a España para coger nuestro siguiente transporte que nos llevaría hasta allí, teníamos un avión pero ningún piloto para dirigirlo, ya que según las leyendas, en aquel triángulo de las bermudas, había grandes tormentas, pérdidas y accidentes y todos los que por allí pasaban no se sabe que les pasó, unas de esas personas eran mis padres por lo que yo estaba dispuesto ir.
Pasamos unos meses en España porque no encontrábamos piloto  mi tío y yo, tuvimos que aprender, dimos las prácticas necesarias y estábamos listos para ir a aquel lugar.

1 día después...

Desperté aturdido, en la arena, con agua subiendo y bajando tocándome los pies, no sabía donde estaba. Aquel lugar parecía una isla y no tenía nada que ver con lo que pasábamos en el triángulo de las bermudas, tormentas, lluvias... aquel lugar estaba soleado, muy soleado, lleno de palmeras y además parecía grande. Pero tampoco veía a mi tío, solo veía nuestro equipaje y restos de nuestro avión tirado por todos lados. Me levanté y me puse a buscar a mi tío. Lo encontré unos 30 metros más para dentro de aquella isla, él ya estaba despierto. Fui hacía él rápidamente y antes de que yo soltara palabra él me dijo:

-Axel, estamos justamente en las coordenadas que había en aquel criptograma, las coordenadas eran de esta isla. Y lo que tienes ante ti son los restos del avión en el que viajaban tus padres.
-Entonces, si nos dieron las coordenadas correctas,  tienen que estar aquí.
-Así es.
-Pues pongámonos en marcha.

Avanzamos más hacía el interior de la isla por la otra parte donde se encontraban los restos del avión de mis padres. Estuvimos buscando y avanzando durante varias horas, hasta que mi tío me dijo que nos dirigiésemos hacía la parte más alta, una gran montaña. 

Nos pusimos en marcha a aquel lugar. Cuando llegamos no necesité ni segundos para ver una casa en un árbol justamente en el centro de un lago y a su alrededor grandes palmeras. Aquello era precioso.
Mi tío y yo corrimos rápidamente hacía allí, lo más rápido que llegamos a correr en todo el viaje y yo en mi vida. Al llegar, no me lo pensé, subí a aquel árbol y entré en la casa, había un hombre y una mujer, ambos estaban sentados en sillas de madera y tomando té. Yo dije:
-¿Papá, mamá?
-¿Axel? Contestaron los dos al mismo tiempo.
Axel corrió hacía ellos y ellos hacía Axel, todos estaban muy emocionados.
Su tío subió y también quedó emocionado abrazando a su hermano y su cuñada.
Axel y el profesor, estaban muy cansados, después de la gran emoción dejaron la charla y explicaciones para cuando descansasen.

Al levantarse Axel, habló con sus padres y estos le contaron todo, y dieron respuestas a todas sus preguntas. Su padre le dijo:

-Gracias a que nosotros salvamos al piloto del avión, nosotros sobrevivimos también. Cuando el avión se estrelló, a los varios días recogiendo yo algunas cosas del resto del avión que nos servirían encontré a un hombre en la arena, era el piloto de avión. Nosotros lo acogimos, y lo curamos. Cuando estaba en plena forma, hicimos una balsa resistente para que el piloto viajase a América, a su casa. 
El piloto consiguió llegar y nos prometió que si llegaba volvería con un gran barco con provisiones para nosotros, ya que le habíamos dicho que nos quedábamos allí y por lo tanto que no relevase que había un lugar así. Entonces, cada fin de semana él volvía con su barco con más provisiones y cada vez más cosas para que viviésemos bien allí. Y fue cuando te mandamos la carta con el criptograma, no sé porque ha tardado tanto en llegarte a tus manos, pero decidí mandártelo así, con códices sin descifrar por si a alguien se le ocurriera abrirlo, no pudiese relevar nuestra ubicación. Yo supe que solo mi hermano, tu tío Lidenbrock, sabría revelar la información.

A mi me resultó raro que mis padres hubiesen preferido quedarse allí en vez de volver a Alemania, pero  nosotros esperamos a que su amigo el piloto viniese para irnos con él y volver a Alemania a por nuestras cosas y a recoger a Grauben, porque allí viviríamos mejor, según mis padres aquel lugar, aquella "Isla Misteriosa" era un verdadero paraíso.


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