domingo, 1 de junio de 2014
CONTINUACIÓN DEL LIBRO
Cuando Alicia llegó a la cocina, una Jirafa color magenta con manos estaba fregando los platos. A Alicia, por un momento no le pareció extraño después del sueño que había tenido, pero cuando se dio cuenta de que su hermana ya había hablado con ella y que todo había sido imaginación, no le pareció muy normal. Dicen que el 70% de los sueños quieren decir algo. ¿Significaba el sueño que había tenido Alicia que se estaba volviendo loca?
- Hola - dijo esperando una respuesta, pero no la hubo.
¿Y cómo la iba a escuchar la Jirafa? Si estaba escuchando música con sus auriculares.
"Es alta, con el cuello bastante corto a decir verdad, creo que se le ha encogido de estar tanto tiempo arrugado a causa de que el techo está demasiado bajo para ella. Es atractiva para ser una jirafa, supongo que por eso mi padre la ha escogido como sirvienta. Parece simpática, y trabajadora, ya que en los diez minutos que llevo aquí observándola no ha apartado la vista del fregadero." pensó.
Alicia no aguantaba más, quiso que la Jirafa la escuchase y se vio obligada a quitarle los cascos para hablar con ella.
- Oh, Alicia, no me había dado cuenta de que estabas aquí. ¿Quieres ya la merienda? - le preguntó a Alicia como si tan normal fuese.
- Perdone... Señora...
- Jirafa - interrumpiéndole.
Alicia prosiguió:
- Señora Jirafa, ¿cómo sabe usted que yo venía a tomar mi merienda? ¿Y qué hace aquí? ¿Y por qué estoy hablando contigo? ¿Dónde están mis hermanas? ¡¡Esto es de locos!!
- ¿Por qué haces tantas preguntas? Limítate a aceptar las cosas como son y a vivirlas de tal manera. La pregunta no es por qué estoy aquí, sino por qué no. - espetó la Jirafa.
Alicia quedó tan desconcertada que no pudo ni hablar, su cabeza estaba apunto de explotar con tantas ideas en la mente, y más ahora que se había acordado de que mañana era lunes y que tenía todavía tarea por hacer.
- No te preocupes, la Rardilla te ayudará a hacer la tarea, si quieres buscarla, creo que anda por el jardín. - le informó.
- No necesito ayuda de nadie - Alicia estaba empezando a hartarse de la situación, ¿cómo había escuchado lo que estaba pensando? ¿Acaso lo había dicho en voz alta? -. Siempre la he realizado sola. Además, ¿quién es esa tal Rardilla?
La Jirafa contestó:
- Es una mezcla entre Rata y Ardilla. Es muy lista, ha estudiado bastante tiempo y te podría ayudar, sabe más que el propio Kifren.
- Dios mío, me estoy volviendo loca, necesito que me de el aire. ¿Y Kifren, quién es? Mira, no me voy a molestar ni en preguntar quién es, me voy de aquí - y salió al jardín-.
Alicia estaba confusa, su hermana la había despertado de ese sueño tan maravilloso que había tenido. O eso creía ella. ¿Estaba despierta? ¿Seguía dormida? ¿El sueño le había afectado tanto que seguía imaginando cosas? ¿Estaba volviéndose loca?
"Esto debe de ser una broma pesada. Sí, seguramente Raúl, ese niño tan malvado de mi clase quiere gastarme esta broma por haberle estropeado su dibujo el pasado día de clase. Pero yo lo hice sin querer, no es justo..." decía para sí.
- ¡¡Alicia!! La merienda - gritó la Jirafa desde la cocina.
Fue corriendo y gritó enfadada:
- ¡¡No quiero la merienda!! ¡¡No te he pedido la merienda!! ¡¡No mandas sobre mí!! ¡¡No quiero la merienda!! - Alicia estaba comenzando a desvariar y a ponerse atacada.
- Tranquilízate - le dijo en un tono calmante -, sé que no me has pedido la merienda. Pero, ahora dime, ¿acaso no tienes hambre?
A Alicia de repente le empezaron a sonar las tripas como si no hubiera comido en días. Ahora que lo pensaba, sus Aventuras habían durado casi dos de estos, ¿y si habían sido ciertas y por eso tenía hambre? Tomó el pan con mermelada sin decir nada, estaba avergonzada de sí misma, de cómo se había puesto.
Fue terminar la merienda e ir a su habitación a hacer la tarea. Estaba cansadísima y solo deseaba terminarla, cenar y dormir hasta el día siguiente.
Se sentó en el escritorio para hacer la tarea. Sacó un lápiz y su libreta de Lengua. Tenía que hacer unos ejercicios que la maestra había puesto en la pizarra. El enunciado decía: "teniendo en cuenta que x=2, si de Madrid sale un coche a 60km/h y el complemento directo es un sustantivo, ¿qué distancia hay de aquí a la Luna?"
Alicia no entendía el ejercicio en absoluto pero buscó en su libro y encontró un ejercicio completamente idéntico. La respuesta era "16 litros". Lo fue a escribir y el número 16 se posicionó entre la 'o' y la 's', quedando así "litro16s".
Alicia pensó que le estaba entrando mucho sueño y que por eso lo había escrito mal, borró, lo volvió a escribir y pasó lo mismo.
- Ponte en tu sitio ahora mismo - le ordenó al número 16 como si fuera normal -.
De repente, apareció escrito en la libreta "no quiero, quiero estar al lado de la 'o', que es la número 16 del diccionario. Anda, vete a dormir que llevas dos días sin pegar ojo."
Alicia naturalmente no se sorprendió de este hecho. Le dio igual cómo estuviese escrito, mañana en clase cuando preguntaran por el ejercicio diría "16 litros" aunque no lo tuviera escrito tal cual.
No tenía hambre, así que se echó a dormir directamente.
A la mañana siguiente, le despertó su despertador diciendo "¡¡arriba Alicia, es la hora!!". Dio un salto de la cama, esperando que este día le fuera mejor que los otros, aunque no había empezado muy bien con su despertador hablando. Se fue a vestir, y no encontró su bufanda verde, aunque no le importaba mucho porque no hacía tanto frío.
Entró en su clase con retraso, se sentó en su pupitre mientras la maestra la regañaba. Cogiéndole la maestra tirria a Alicia por llegar tarde, fue a ella a quién le preguntó la solución del ejercicio.
- Alicia, el ejercicio 14, por favor. ¿Lo has hecho? - preguntó con los ojos casi fuera de las órbitas-.
Alicia muy segura dijo:
- Sí, la respuesta es 16 litros.
Todo la clase echó a reír, estaba claro que hoy tampoco iba a ser su día.
La maestra irritada le gritó:
- ¡¡Alicia!! ¡¿16 litros?! Estamos en clase de Lengua. ¿Te estás riendo de mí?
- No, maestra. Si x=2, ¿qué otra cosa podría ser? - dijo humildemente -.
- No voy a consentir tu comportamiento. Vete a casa, repite el ejercicio y todos lo de esa página. Mañana vuelve y procura no pronunciarte - ordenó la maestra.
Alicia salió de su clase aguantando todas las miradas, y pensando en dónde andaría su bufanda verde...
Cuando llegó a casa, fue a su habitación. Estaba sola, sus padres estaban trabajando y sus hermanas en el colegio. Tiró la maleta, se tumbó boca arriba en la cama y cuando miró al techo, vio su una serpiente con un extraño parecido a su bufanda.
Saltó para intentar cogerla, y la serpiente se le enrolló en el cuello. Alicia por más que chilló, nadie la oyó. Finalmente la bufanda-serpiente la ahogó. Su último pensamiento fue "estoy loca".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario