CONTINUACIÓN DE " EL PRÍNCIPE Y EL MENDIGO."
Pasados los 2 años desde que Eduardo fue coronado como el Rey De Inglaterra, Tom Canty siempre daba su opinión sobre las nuevas leyes, ya que esta era pedida por el Rey.
Tal día en el que Eduardo estaba sentado en su trono, si primer oficial de la caballería llegó corriendo y empezó a balbucear sin que este pudiera entenderlo, Eduardo le pidió que respirase y le contase porque venia de este modo.
-Su Majestad, a llegado al pueblo una gran enfermedad de la que no tenemos constancia alguna. El problema es que muchos campesinos, están falleciendo.-dijo el caballero respirando hondo.-
-¿Es contagiosa?-dijo el Rey preocupado.-
-Mucho.- respondió el oficial.-
-¿Qué crees que debemos hacer Tom?-lo miró buscando ayuda.-
-Opino que se contrate un médico que estudie la enfermedad, me ofrezco voluntario para ayudarle en todo lo que sea menester.- exclamó su protegido.-
-De acuerdo, así se hará, mandar a llamar lo mas rápido posible el mejor médico de todo el reino.
A la mañana siguiente llegó el Doctor Alexandre Jones. Avisaron a Tom que llevaba preparado desde hacía un buen rato, y salieron a la búsqueda del hospital de emergencia situado a varias calles de palacio.
Al atardecer, Tom volvió con una gran información para su Rey.
-Su majestad, la emfermedad que a llegado al pueblo es la Beriliosis, que se encarga de matar a los organismos necesarios para mantenerse con vida.-dijo Tom muy preocupado.-
-Gracias por todo Tom, una vez más no se que haría sin ti.-confesó el Rey.-
Al amanecer del posterior día, el protegido por el Rey, no encontraba desayunando solo, le preocupó porque Eduardo siempre se despertaba temprano, le preguntó al servicio y le dijeron que no había salido de su alcoba, mando a que corraborasen lo dicho por sus sirvientas.
Al entrar en la habitación, Alisson soltó un grito al ver al Rey desmallado en el suelo, rápidamente llamaron a Alexandre que determinó su muerte, por culpa de la enfermedad.
-A debido de comer algo contaminado por la Beriliosis.- concluyó el doctor examinando el cuerpo.-
Los campesinos salieron a la calle preocupados por el futuro del Reino. Tom fue el que peor encajó la noticia, ya que había estado más de 2 años conviviendo junto a Eduardo.
La corte se reunió junto a Tom para encontrar solución al trono, pero todos estaban tan confusos que nadie se atrevía a proponer algo por miedo a empeorar la situación. Tom solo hacía darle vueltas a su cabeza recordando los buenos momentos vividos junto al fallecido Rey.
En ese mismo instante recordó que Eduardo, al año de su coronación, le cedió una carta y le pidió que cuando falleciese, la abriese, así que se levanto y salió corriendo a por la carta dejando asombrados a los asistentes a ala reunión. Al cabo de no más de 5 minutos, aparecio con un sobre en la mano y pronunció que hay estaba la solución. En el sobre había 2 páginas, cogió una y leyó en voz alta para toda la corte:
Tom, si lees esto, es porque estaré muerto,
durante este año me has ayudado mucho, y
creo que serías un magnifico rey para Ingla-
terra, por lo tanto, si no tienes oposición,
te nombro como heredero al trono de Ingla-
terra, se que puedes.
En la otra página, estaba el certificado del nombramiento para después de su muerte, al final del mandato, se podía visualizar la firma el Rey Eduardo Vl junto al sello de Inglaterra, capaz de autorizar y desautorizarlo todo. Tom aceptó y se coronó como Tom l.
Al poco tiempo de la coronación, la enfermedad desapareció gracias a las grandes inversiones del ahora Rey, que inauguró un nuevo centro de salud para ocasiones importantes y trajo a grandes médicos para su funcionamiento.
FIN.
lunes, 25 de agosto de 2014
viernes, 18 de julio de 2014
CONTINUACIÓN DE " EL DIABLO EN EL TÚNEL"
Alex, cada noche antes de irse a dormir bajaba a visitar al pterosaurio desde lejos porque todavía no se aseguraba de que no le atacase. Como el nombre de su especie era muy difícil, él le llamaba Ciclón.
Mientras su "mascota" crecía, la relación entre su madre y Mauro se afianzaba, a Alex cada vez le iba cayendo mejor Mauro, él veía a su madre feliz y eso a él le gustaba.
Una noche Merche y Mauro salieron a cenar, y Alex aprovecho su ausencia para visitar a Ciclón. Al llegar al túnel, vio como una de las patas de Ciclón se había topado con una de las vías de los trenes, rápidamente fue a ayudarlo, al salvarlo, el pterosaurio no tuvo un instinto de atacarle, sino de agradecérselo y chocaron las cabezas en signo de amistad, Ciclón lo montó a sus espaldas, como este Dimorphodon era bastante fuerte, no le trajo problemas la carga de Alex para levantar el vuelo. Alex al principio tenía miedo, pero conforme salió al aire libre, lo perdió.
-¡Mira ese pterosaurio, Mauro! -gritó Merche cuando estaban sentados en la terraza de un gran restaurante.-
-Merche, gracias a esa locura del antiguo alcalde que en paz descanse, pude conocerte. Y desde ese día vivo enamorado de ti, por eso me gustaría pasar el resto de mi vida a tu lado. -Digo Mauro en un tono un tanto sensible haciendo que se pusiese roja como un tomate.-
-Merche, ¿Quieres casarte conmigo? - Balbuceó Mauro.-
- ¡¡SI!! - Digo Merche dándole un beso.-
Entretanto, Ciclón lo había llevado a al la montaña donde estaban el resto de pterosaurios, al comienzo los pterosaurios fueron a atacar a Alex, pero Ciclón que era el más fuerte, pegó un chillido y empezó a hablar en su lengua. Tras un largo tiempo, acabó convenciéndolos de que los humanos eran unas buenas personas y de que podían vivir todos juntos.
Alex al llegar a casa se enteró de la gran noticia de boda. La entrada de esa noticia le sorprendió, pero la aceptó porque le gustaba la idea. A la mañana siguiente debería de ir al colegio, pero se levantó muy tarde, al salir se topó con Ciclón que le hacía entender que se ofrecía a llevarlo a la escuela, a él le pareció una gran idea y se montó en él , todos los niños del colegio vieron como llegaba Alex y de repente, ¡PUUUM!, le vino una idea.
Alex vio que los dimorphodones se habían reproducido a una gran velocidad y que había capacidad para que cada familia tuviese uno como mascota y le ayudasen en problemas como los de Alex y así redujesen el consumo de los coches y la contaminación medio ambiantal. Se hizo publico esa gran idean y al año todas las familias tenían uno. Así fastidiaría los planes que Pindo tenía de hacerse rico.
El día de la boda, Ciclón llevo en su lomo a Merche y desde la puerta, junto a Alex presencio la ceremonia.
A los 4 años, llego Lucía, la hermana de niño y los 5 vivieron juntos. Solían quedar con Bonete que también se caso y tuvo un hijo.
A día de hoy, Carriles es el pueblo con menor índice de contaminación gracias a la brillante idea de Alex.
domingo, 1 de junio de 2014
Continuación de rebeldes
Ya han pasado dos años de la muerte de Johnny. Y los greasers están tranquilo en su barrio. Darry, ha conseguido un trabajo mejor en una cafetería. Soda, le echaron de la gasolinera por que cogió una Coca-cola de una estantería. Y Pony, está estudiando para un examen, como todos los días. Un día, cuando llegó del instituto Ponyboy, se encontró a Soda en el sofá, con una carta.
- Ey, Soda, ¿De quién es esa carta?- le preguntó Ponyboy.
-La carta es de Sandy. Dice que se vuelve al barrio y que quiere que quedemos.- le contestó a Pony mientras se levantaba para darle un abrazo.
-¿Y cuando vuelve?
-Está ya en su antigua casa- no le dio tiempo a terminar la frase cuando salió por la puerta y salía a la búsqueda de su amada.
Pony empezó a reírse, estaba Soda contento con esa noticia. Nada mas ver a Darry le preguntó como le iba el día.
-Me va mejor que ayer, hoy mi jefe no me ha insultado nada más que tres veces- respondió mientras preparaba la comida- Anda, ve poniendo los platos en la mesa y llama a Soda.- le ordenó a Pony que este, sin rechistar, hizo lo que le mandó su hermano. Cuando salió de su casa empezó a buscar a Soda por todos los lugares, ya que no sabía donde vivía Sandy.
Se fue al solar, allí no estaba, pero se encontró a Steve. Ambos se saludaron.
- Ey, Steve, ¿Qué pasa?
-Nada, Pony, aquí echando el rato con los amigo.- Le respondió mientra se secaba el sudor- ¿A quién buscas?
-A Soda, ¿lo has visto por aquí?- Le preguntó- Es que íbamos a comer juntos y a salido a buscar a Sandy
-No, no lo he visto, si lo veo, te aviso.- Le respondió mientras se alejaba.
Ha pasado una hora de su salida, Pony, estaba en casa con Darry, comiendo. Cuando terminaron de comer, Pony, fregó los platos, nada más terminar se encontró a Darry dormido en el sofá. Era invierno, le puso una manta encima y se fue.
Como todas las tardes, se sentó en el banco del parque a fumar. Desde su asiento, vio a Two-bit Mathew corriendo hacia él, parecía que traía malas noticias.
-Corre, Pony, tienes que ver esto- Mientras mencionaba esto, le agarraba de la chaqueta.
-Oye, que me la rompes- le dijo mientras le quitaba la mano de encima.
Two-bit corrió hacia el río. Y de repente se paró.
-Mathew, que hacemos aquí, ¿para esto me llamas?- Le dijo Ponyboy con un poco de desconcierto.
-No, estoy cansado, está en la otra parte del río- Dijo Two-bit con poca fuerza, ya que se estaba asfixiando.
Cuando cruzó el río, se vio a Soda como a Johnny aquella vez. Medio muerto tirado en cualquier lugar. Pero esta vez tenía una carta.
La venganza es un plato que se sirve mejor frío, así que tener cuidado, andar con ojo, mirar por vuestros seres queridos. Os vigilamos desde nuestros escondites, somos vuestras sombras. Nunca nos encontraréis, como le digáis algo a la policía, acabareis todos muertos.
Socs.
Nada más leyó ésto Pony, se quedó de piedra. Los Socs habían vuelto de peor manera. No se dejarían ver y los asaltarían con más frecuencias y mas brutalmente.
-Two-bit, corre llama a la ambulancia, mientras llevo a Soda a la carretera- Casi ni termina la frase del miedo que tenía. Se secó el sudor de la frente, cogió a Soda, y lo llevó a la carretera.
Estaba en el hospital, estaba estable y no tenía muchos problemas. La mandíbula rota y algunas costillas. Estaba toda la pandilla con Soda, cuando, de repente, Pony sacó la carta y la leyó en voz alta.
-Malditos Socs, tenemos que encontrarlos- Dijo Darry apretando los puños.
-Verdad, tienen que volver cuando estaba todo más tranquilo.- Añadió Two-bit.
-Bueno, ellos se han quedado en su barrio, Cherry, nuestra espía, dice que no ellos no han sido. Concluyó Steve.
-Buenos, si son difíciles de encontrar, necesitaremos a alguien que los busques.- Dijo Ponyboy- ayer conoció a un chaval que se llama Baum. Es un chaval alto, con el pelo largo, con muchas cicatrices. Tiene gran habilidad en las peleas, según él sabe controlar todo tipo de armas.
-Bueno, dile que se una a nosotros durante este tiempo de los malditos Socs- Dijo Soda débilmente-
Han pasado varios día de la brutal paliza a Soda. Todos buscan a los Socs. Baum está buscando cerca del río, Pony por los edificios donde solían reunirse los Socs. Mientras que Soda y Darry están en la casa recuperándose. Cuando, de repente, Pony se encuentra con Baum.
-Ey, Baum, ¿has encontrado a alguno?- Preguntó cansado
-Que va, esas sabandijas se camuflan muy bien. Voy a seguir buscando, deberías hacer lo mismo.
-Verdad, venga, después nos vemos en el solar- Se despidió Ponyboy.
A Ponyboy le gustaba ese chico, era por su forma de ser. De su manera de pensar. Se le daba un aire a Johnny. Sabía que su nombre era alemán, eso era lo que menos le gustaba, su nombre. Tampoco le gustaba fumar, aunque tenía ya cumplidos los dieciocho años. Pero si bebía, bebía todo lo que le diesen. Le gustaban las fiestas, pero no quería estar todo el tiempo en ellas, porque se aburría y al cabo de una hora ya estaba en su casa o en el solar.
Un sábado por la noche, la poca fiabilidad de Darry hacia el alemán Baum, hizo que su hermano Soda le siguiese.
-Sodapop, sigue a Baum, que me da mala espina, esa forma de ser que tiene tan poco común- Le dijo Darry a su hermano.
-Vale.- Contestó bordemente Soda.
Le siguió durante dos horas sin ser descubierto, Baum se acercó a Steve y le empezó a pegar una paliza. Soda lo vio todo. Iba a vengarse, pero no quiso hacer eso. Así que decidió decírselo a Darry para que este le pegara. Para la venganza , quedaron todos los greasers en el parque, cerca de la fuente. Cuando llegaron todos, Baum no había llegado, así que esperaron a que llegase. Cuando llegó, no le dio tiempo a decir nada, le empezaron a pegar todos los greasers. Acabó medio muerto. Pero al final, después de todos estos baches, acabaron siendo felices y estando todos de los East Side en paz.
Le siguió durante dos horas sin ser descubierto, Baum se acercó a Steve y le empezó a pegar una paliza. Soda lo vio todo. Iba a vengarse, pero no quiso hacer eso. Así que decidió decírselo a Darry para que este le pegara. Para la venganza , quedaron todos los greasers en el parque, cerca de la fuente. Cuando llegaron todos, Baum no había llegado, así que esperaron a que llegase. Cuando llegó, no le dio tiempo a decir nada, le empezaron a pegar todos los greasers. Acabó medio muerto. Pero al final, después de todos estos baches, acabaron siendo felices y estando todos de los East Side en paz.
Continuación del libro
Maston entro a la
sala principal del observatorio y con un fuerte grito dijo- ¡Ya se como
conseguir que vuelvan a la tierra!-
- Y como haremos
eso- dijo uno de los trabajadores del observatorio.
- Con otro
proyectil, pero esta vez no llevara pasajero, esta vez llevara explosivos
-
- ¡Esta loco!,
eso no funcionara- dijo el trabajador.
-Perdone pero
como se llama usted-
- Jackson, Andrew
Jackson- dijo con voz vacilante.
-Pues señor
Jackson, sabe por que funcionara, pues por que esta vez el proyectil pasara por
encima del otro proyectil, donde están nuestros amigos y la onda expansiva que
generara el proyectil con explosivos ara que salgan de la orbita y regresen a
la tierra-
-¿Pero como aras
explotar los explosivos?- pregunto Jackson un poco confundido.
- Esos es muy sencillo,
con una bomba de relojería, por eso esta tarea es muy complicada y necesito a
los mejores para que calculen la trayectoria, el tiempo de la bomba y cuando
estará el proyectil con nuestros amigos en la posición necesaria para que lleguen
al océano ileso. Bien, pues al trabajo-
Y así lo
hicieron, en pocas semanas ya sabían la trayectoria, el tiempo de la bomba y la
posición del otro proyectil, pero aun faltaban una cosa muy importante, el
dinero para construir el proyectil con los explosivos.
-Señor Maston ya
hemos recopilado toda la información que ha pedido, pero necesitamos construir
el proyectil y no tenemos suficiente dinero- dijo el señor Jackson.
- No se preocupe
de eso, ya me encargo yo de las finanzas- dijo Maston con seguridad.
Al día siguiente,
Maston fue al banco para pedir un préstamo.
- Así que quiere
que le de dinero de semejante cantidad- dijo el director general del banco.
- Sí, con el dinero
podré salvar a las personas que están en el espacio, y no se preocupe, se lo
devolveremos todo, en cuanto llegue el señor Barbicane y el señor Nicholl se le
devolverá el dinero- dijo Maston.
-Eso espero,
porque si no, les arruinare la vida- dijo el director.
Varias semanas
después, todo estaba listo y el lanzamiento empezaría en dos horas, ya que
estaban haciendo los últimos cálculos.
A la hora del
lanzamiento, todo estaba en silenció.
- Diez, nueve,
ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno, ¡ignición!- dijo Maston.
El proyectil se veía
del telescopio y una vez llegado al punto esperado, se consiguió el objetivo,
la explosión había hecho que el otro proyectil saliera de la órbita y cayera en
el océano Atlántico, y ya lo único que faltaba era recoger a los astronautas.
Continuación viaje al centro de la tierra
Continuación del libro:
Viaje al centro de la Tierra
Final del libro: El volcán en erupción los escupe y vuelven a Hamburgo, donde hablan de ellos.
Continuación del libro:
Eran las siete y media de la mañana de un soleado y tranquilo viernes como otro cualquiera. Axel se despertó sudando como si hubiera estado practicando deporte durante toda esa larga noche. Toda había sido un sueño. Axel miró su reloj nuevo que se ubicaba en la esquina derecha de la mesita de noche de madera de caoba del caribe, que se la había regalado su tío por su cumpleaños que había sido hace poco tiempo. Vio que eran las siete y media de la mañana, era raro que se despertara a esa hora, ya que su horario habitual era despertarse entre las ocho y media y las nueve de la mañana. Lo que había soñado le parecía tan real que verificó si estaba en lo cierto o de verdad había sido un sueño, y así fue. Salió de su habitación y fue a la de su tío, que acostumbraba a levantarse horas antes que su sobrino y que los miembros de su familia y de su corte. Llamó a la puerta, su tío quedó sorprendido por el madrugón de Axel. Le abrió la puerta cortésmente, le preguntó amablemente a Axel que que le traía por allí, Axel le respondió que había soñado con un viaje al centro de la Tierra y que el sueño era tan real que creía que había ocurrido. Le contó al detalle todo el sueño, de cabo a rabo. En el sueño se hablaba de un manuscrito en un libro viejo, ese libro se encontraba en la mesa del profesor. Lidenbrock, que así se llamaba el profesor, quedo anonadado. Al día siguiente, llegaron a la conclusión de hacer ese viaje tal y como se describía en el sueño. Así se hizo, tardaron casi cinco meses en lograrlo, pero lo hicieron y volvieron a la cuidad alemana de Hamburgo como héroes. Solo hubo una diferencia: en el viaje que emprendieron llegaron al centro de la Tierra, mientras que en el sueño que tuvo Axel no pudieron llegar debido a una erupción de un volcán que los llevo de nuevo a la superficie terrestre.
Durante toda su vida, Axel y el profesor Lidenbrock se dedicaron a dar charlas y conferencias por todo el mundo.
Continuación del libro. Yerma.
CONTINUACIÓN DEL LIBRO
(En el momento que Yerma mata a su marido, está asustada y huye aprisa. Durante su huida Yerma se encuentra con María y ésta la para en seco.)
MARÍA: Yerma, ¿dónde vas tan deprisa? ¿qué ocurre? Anda ven a mi casa que tengo que hablar contigo.
YERMA. Déjame, vete... Tengo que huir, me vendrán a buscar... He cometido algo horrendo.
(En el momento en que estaban hablando María y Yerma, vienen dos guardias civiles y apresan a Yerma.)
HOMBRE 1. Yerma tienes que acompañarnos al cuartel, estás acusada de la muerte de tu marido.
YERMA. (Cabizbaja hacia María). Lo siento amiga, me vi obligada a hacerlo...
MARÍA. (Negando con la cabeza y a punto de romper a llorar) Es imposible Yerma tu nunca harías eso, ¿verdad? (tras unos segundos) ¡Yerma! ¿verdad?
HOMBRE 2. Señoritas ya hablarán ustedes en comisaría. Además ya no cabe duda, si alguna duda pudiéramos haber tenido, ya no existe... acaba usted de confesar.
FIN DEL ACTO TERCERO.
ACTO CUARTO.
CUADRO PRIMERO.
(El telón tras unos minutos se vuelve a abrir. Yerma va a parar a una cárcel en la que se da cuenta desde los primeros días que hay presas embarazadas y niños muy pequeños con ellas pero a la vez desamparados porque sus madres no están exentas de problemas físicos y/o psicológicos. Entonces se le ocurre ir a hablar con el director para hacerle una propuesta. En la escena aparece Yerma hablando con el director de la cárcel, vestido con traje de chaqueta negro, en su despacho.)
YERMA. (Yerma , con la vestimenta obligatoria de la carcel, se había peinado y lavado lo mejor que había podido. Nerviosa y tartamudeando) Buenas tardes señor, mi nombre es Yerma.
SEÑOR DIRECTOR. Buenas tardes.
YERMA. Para empezar, me gustaría decirle que estoy totalmente arrepentida de lo ocurrido aquel día con mi marido.
SEÑOR DIRECTOR. Vale, me parece correcto. Pero, ¿para qué me ha pedido usted cita?
YERMA. (Muy segura de sí misma) Pues mire, Señordirector, he observado que hay niños pequeños, que no tienen la mejor alimentación e higiene debido a que sus madres tienen problemas físicos o psicológicos.
SEÑOR DIRECTOR. Estoy de acuerdo con ello señorita, ¿qué quiere usted hacer al respecto?
YERMA. Como me encantan los niños, me gustaría poder educarlos, desempeñando yo el papel de sus madres, ya que estas últimas no pueden hacerlo en condiciones normales.
SEÑOR DIRECTOR. Vale, lo veo bien, mañana empezarás con esta función.
YERMA. (Satisfecha de haberlo conseguido.) Muchas gracias director. Estoy encantada, no se arrepentirá de haber confiado en mí.
SEÑOR DIRECTOR. No hay de qué, ahora vete que es la hora de almorzar.
TELÓN.
CUADRO SEGUNDO.
(Pasados tres años de la entrada de Yerma en la cárcel, el director supo reconocer su trabajo realizado en este tiempo y en recompensa por su colaboración decidió hablar con ella en privado para comunicarle sus intenciones.)
SEÑOR DIRECTOR. Buenas tardes Yerma.
YERMA. Buenas tardes señor director. ¿Qué tal se encuentra?
SEÑOR DIRECTOR. Bastante bien, me gustaría comentarle un tema bastante serio.
YERMA. Dígame señor director.
SEÑOR DIRECTOR. Debido a su buen hacer y a su trayectoria, ha conseguido unos resultados impresionantes con unos niños condenados a una vida muy difícil. Por ello, quisiera ofrecerle que se fuera a trabajar a un hospicio recién inaugurado en el centro de León, y en vez de estar encerrada en la cárcel donde no tiene ninguna libertad, realice esta magnífica contribución a la sociedad en plena naturaleza. ¿Qué le parece?
YERMA. (Sorprendidísima.) Me parece genial director, me encantaría.
SEÑOR DIRECTOR. Bien Yerma, pues haga usted sus maletas que se va mañana mismo.
YERMA. Vale director, me voy ahora mismo. Adiós.
(De esta forma termina el acto, Yerma podrá rehacer su vida haciendo lo que más le gusta, convivir y cuidar de los niños.)
TELÓN.
Canción de Navidad.
El viejo Ebenezer Scrooge, no contento con la
transformación que había tenido, ya que solo había cambiado su manera de actuar
y de ver el mundo, decide transmutar pero esta vez con hechos y no solo
convirtiéndose en una persona amable, amigable y buena. Es por esto por lo que
Scrooge comienza a donar multitud de cosas que le eran innecesarias, a ayudar a
las personas necesitadas, a los pobres y a los más desfavorecidos, a
darles un donativo o cualquier cosa para que pudieran comer, etcétera.
Aunque los anteriores actos realizados por Scrooge eran buenos, Ebenezer
efectuó otros hechos mucho más importantes y que nadie anteriormente había
realizado, como es el caso de la creación de un hospital para tratar a todas
aquellas personas que no tuvieran recursos económicos. En esta época no
existían los hospitales públicos, solo los privados, es decir, los de pago, y,
por esto, las personas que no tenían dinero morían, ya que no podían asistir a
estos lugares para ser tratados por médicos y especialistas.
Ebenezer también acudía diariamente al cementerio a visitar la tumba de su antiguo mejor amigo y socio Jacob Marley para mantenerla y cambiarle las flores y, cuando se encontraba allí, se sentaba en el borde del sepulcro de su amigo y empezaba a contarle todo lo que le había ocurrido ese día, ya que siempre acudía por la noche.
Era una tarde cualquiera en la que Scrooge salió a la calle a dar un paseo como de costumbre. Comenzó a observarlo todo, hasta el más mínimo detalle porque era muy cotilla y le gustaba saber de los demás. Pudo ver a muchos niños huérfanos, más que de costumbre, ya que en aquel lugar eran muy frecuentes, a multitud de personas mayores y no tan mayores sentadas en los bordillos de las aceras pidiendo limosna o, incluso, a personas rebuscando en las papeleras y contenedores para ver si encontraban cualquier cosa que les pudiera servir o algo para alimentar a su familia. También observó a una gran cantidad de personas sin recursos económicos que estaban enfermas y se estaban muriendo. Scrooge, al llegar a su casa, apenado por las muchas situaciones malas que había visto esa tarde, se le ocurrió la idea de construir un hospital o un centro de acogida, como bien se le quiera llamar, para tratar a todas estas personas. Así, que sin más, se puso manos a la obra e inmediatamente llamó a obreros y a operarios para que se encargaran del trabajo. Uno de estos obreros era un amigo suyo de la infancia. Se llamaba Daniel y era algo más joven que él, tenía el pelo y la piel oscura, los ojos claros y un enorme bigote en la cara. A Daniel de pequeño le encantaba jugar con Scrooge, cosa que era muy extraña porque éste era una persona egoísta y nadie quería tenerlo presente. Ebenezer se alegró mucho al verlo y estuvieron un buen rato hablando sobre las cosas que le habían ocurrido. Scrooge le contó lo que le había sucedido y porqué se había convertido en una persona amable.
-¡Qué alegría verte Ebenezer! ¿Cómo te van las cosas? Yo llevo once años viviendo en España y he venido para visitar a mi familia y para ver como transcurren las cosas por aquí –dijo Daniel.
-Todo me va de maravilla, Daniel. Te he echado mucho de menos durante este tiempo. Me han ocurrido unas cosas rarísimas en las últimas semanas. Primero se presentó en el salón de mi casa el espectro del mismísimo Jacob Marley y me anunció la venida de tres fantasmas –prosiguió Scrooge-. Estos tres fantasmas, que eran el de las Navidades Pasadas, el de las Navidades Presentes y el de las Navidades Futuras me mostraron todo lo que me había sucedido y lo que me iba a ocurrir. ¡Me enseñaron mi sepultura! Es por esto por lo que decidí cambiar mi manera de ser, para no acabar como me dijo el fantasma, es decir, muerto.
-¡Qué cosas más extrañas, amigo! –dijo Daniel muy asombrado-. Pero debo ponerme ya con mi trabajo para terminar pronto. Luego nos vemos.
La obra fue avanzando rápidamente y al cabo de cinco escasos meses todo estuvo construido, solo faltaba amueblar el edificio y pintarlo. Así que Scrooge, junto a su amigo Daniel, se puso a hacer todo lo que faltaba para concluir la construcción. Pasados tres meses, una vez estuvo todo terminado, Scrooge, que era el dueño de todo el edificio, empezó a contratar a personas para que trabajaran allí. Transcurrieron tres semanas y, al no quedar nada por hacer y estar todo listo para que pudiera comenzar a funcionar, decidió inaugurarlo. A dicha inauguración acudieron multitud de personas incluyendo el alcalde del pueblo y muchas personas famosas.
Esta gran obra de caridad realizada por Scrooge acogió a muchísimas personas necesitadas, pobres o enfermas y libró de la muerte a gran cantidad. En ella, las personas que allí estaban trabajando, cuidaban, ayudaban y curaban a la gran cantidad de personas que estaban ingresadas en aquel lugar. Scrooge fue reconocido por su trabajo y le dieron el premio de caridad.
Ebenezer también acudía diariamente al cementerio a visitar la tumba de su antiguo mejor amigo y socio Jacob Marley para mantenerla y cambiarle las flores y, cuando se encontraba allí, se sentaba en el borde del sepulcro de su amigo y empezaba a contarle todo lo que le había ocurrido ese día, ya que siempre acudía por la noche.
Era una tarde cualquiera en la que Scrooge salió a la calle a dar un paseo como de costumbre. Comenzó a observarlo todo, hasta el más mínimo detalle porque era muy cotilla y le gustaba saber de los demás. Pudo ver a muchos niños huérfanos, más que de costumbre, ya que en aquel lugar eran muy frecuentes, a multitud de personas mayores y no tan mayores sentadas en los bordillos de las aceras pidiendo limosna o, incluso, a personas rebuscando en las papeleras y contenedores para ver si encontraban cualquier cosa que les pudiera servir o algo para alimentar a su familia. También observó a una gran cantidad de personas sin recursos económicos que estaban enfermas y se estaban muriendo. Scrooge, al llegar a su casa, apenado por las muchas situaciones malas que había visto esa tarde, se le ocurrió la idea de construir un hospital o un centro de acogida, como bien se le quiera llamar, para tratar a todas estas personas. Así, que sin más, se puso manos a la obra e inmediatamente llamó a obreros y a operarios para que se encargaran del trabajo. Uno de estos obreros era un amigo suyo de la infancia. Se llamaba Daniel y era algo más joven que él, tenía el pelo y la piel oscura, los ojos claros y un enorme bigote en la cara. A Daniel de pequeño le encantaba jugar con Scrooge, cosa que era muy extraña porque éste era una persona egoísta y nadie quería tenerlo presente. Ebenezer se alegró mucho al verlo y estuvieron un buen rato hablando sobre las cosas que le habían ocurrido. Scrooge le contó lo que le había sucedido y porqué se había convertido en una persona amable.
-¡Qué alegría verte Ebenezer! ¿Cómo te van las cosas? Yo llevo once años viviendo en España y he venido para visitar a mi familia y para ver como transcurren las cosas por aquí –dijo Daniel.
-Todo me va de maravilla, Daniel. Te he echado mucho de menos durante este tiempo. Me han ocurrido unas cosas rarísimas en las últimas semanas. Primero se presentó en el salón de mi casa el espectro del mismísimo Jacob Marley y me anunció la venida de tres fantasmas –prosiguió Scrooge-. Estos tres fantasmas, que eran el de las Navidades Pasadas, el de las Navidades Presentes y el de las Navidades Futuras me mostraron todo lo que me había sucedido y lo que me iba a ocurrir. ¡Me enseñaron mi sepultura! Es por esto por lo que decidí cambiar mi manera de ser, para no acabar como me dijo el fantasma, es decir, muerto.
-¡Qué cosas más extrañas, amigo! –dijo Daniel muy asombrado-. Pero debo ponerme ya con mi trabajo para terminar pronto. Luego nos vemos.
La obra fue avanzando rápidamente y al cabo de cinco escasos meses todo estuvo construido, solo faltaba amueblar el edificio y pintarlo. Así que Scrooge, junto a su amigo Daniel, se puso a hacer todo lo que faltaba para concluir la construcción. Pasados tres meses, una vez estuvo todo terminado, Scrooge, que era el dueño de todo el edificio, empezó a contratar a personas para que trabajaran allí. Transcurrieron tres semanas y, al no quedar nada por hacer y estar todo listo para que pudiera comenzar a funcionar, decidió inaugurarlo. A dicha inauguración acudieron multitud de personas incluyendo el alcalde del pueblo y muchas personas famosas.
Esta gran obra de caridad realizada por Scrooge acogió a muchísimas personas necesitadas, pobres o enfermas y libró de la muerte a gran cantidad. En ella, las personas que allí estaban trabajando, cuidaban, ayudaban y curaban a la gran cantidad de personas que estaban ingresadas en aquel lugar. Scrooge fue reconocido por su trabajo y le dieron el premio de caridad.
Continuación de: No pidas sardina fuera de temporada.
Han pasado ya cinco meses desde el suceso. Sigo aquí, pensando en Clara, y recordando el último segundo que estuve a su lado como si fuese ayer. Cuando todos se enteraron de que averigüé el caso de Elías, vinieron a pedirme ayuda. Estos últimos meses hemos tenido mucha clientela. Nos han encargado todo tipo de investigaciones, las más raras que os podáis imaginar. María y yo hemos hecho algunas reformillas en nuestro despacho.
Una noche, estaba contando el dinero que habíamos ganado esa semana, me concentré mucho para no perder la cuenta, cuando de repente llamaron a la puerta del despacho. Guardé el dinero en un cajón y fui a abrir. Allí estaba, con su melena rizada y sus ojos azabache mirándome fijamente.
-¡Clara!- le dije.
Ella echó a llorar y puso su cabeza sobre mi hombro, en ese momento me sentía muy nervioso. Intenté tranquilizarla para que pudiera contarme qué le ha pasado.
-Mi madre me ha echado de casa- me contó.
-¿Por qué ha hecho eso?-.
-Un día, volvía yo del instituto, al llegar a casa subí las escaleras y, habitualmente, no hay nadie, ya que mi madre trabaja y su novio también, pero ese día él salió antes. Vi la luz encendida, así que miré con cuidado, y descubrí que mi padrastro estaba besando a otra. Él no se dio cuenta, bajé las escaleras y salí sin hacer ruido. Me escondí detrás de un coche, esperando a que saliera la chica. Cuando salió, esperé un poco y decidí entrar. Estaba muy nerviosa, así que me encerré en mi cuarto a esperar a mi madre. Mi madre llegó y se lo conté todo, pero no me creyó. Llevo una semana intentando hacer que me crea, pero no hay manera. Finalmente, hoy se ha enfadado mucho, me ha dicho que no me entrometa entre ella y su pareja, y me ha echado de casa- me explicó- por eso he decidido en recurrir a ti, quiero que cojas tu cámara e intentes descubrir a mi padrastro. Escóndete en mi cuarto o algún lugar, pero quiero que le hagas una foto juntos, para enseñársela a mi madre y que por fin me crea-.
Se lo conté a María, cogí varias cámaras y nos montamos en un tren hacia la casa de Clara. Esa noche, los padres de Clara estaban cenando en un bar, por tanto, entramos en su casa y colocamos pequeñas cámaras por toda la casa, para ver si le pillamos in fraganti. María y yo esperamos en la parte trasera de la casa, pero Clara entró. Esperamos una hora y media, cuando de repente oímos un coche, María se asomó, y vio a los padres de Clara. Solo bajó su madre del coche. Volvimos rápidamente a nuestro barrio, para no preocupar a nuestros padres.
A la mañana siguiente, como era sábado, no tuvimos instituto, así que nos dirigimos a la casa de Clara muy temprano. Llamamos a la puerta y Clara abrió.
-Clara, ¿por qué fue sola tu madre a casa anoche?- pregunté.
-A mi me extrañó mucho, se lo pregunté a mi madre y me dijo que su madre estaba en el hospital y se iba a quedar dormir con ella para hacerle compañía- nos explicó.
El lunes siguiente, después del instituto, volvimos a la casa de Clara, ella también volvía del instituto, nos contó que ayer se fue con su madre, y que su padrastro se quedó en casa porque estaba enfermo. La madre de Clara estaba trabajando y llegaba a la noche, pero él seguía en casa enfermo, así que no pudimos ver las grabaciones de las cámaras. De repente, mientras hablábamos, giró el pomo de la puerta, nosotros nos agachamos rápidamente y nos escondimos tras un coche. Salieron su padrastro y una señora rubia lo acompañaba, se despidieron con un beso.
-Rápido, saca la cámara- me dijo Clara-.
Saqué la cámara e hice la foto, pero tuve la mala suerte de que el flash estaba activado, y el hombre se dio cuenta de la luz. Despidió a la mujer y se dirigió rápidamente hacia donde estábamos. Me pidió el carrete, y lo hizo añicos, seguidamente se marchó. Clara se echó a llorar.
-Nunca conseguiré demostrarle la verdad a mi madre- decía.
Entonces metí la mano en mi bolsillo y saqué el carrete con la prueba de infidelidad. A Clara se le iluminaron los ojos. Fuimos rápidamente a revelar el carrete, acto seguido Clara nos dirigió con mucha prisa hacia donde trabajaba su madre, y le enseñamos la foto. La madre de Clara empezó a llorar y abrazó a su hija. Clara no volvió a saber nada más sobre el ex-novio de su madre.
Justo antes de coger el autobús de vuelta a nuestro barrio, Clara me dijo que esperara y, me propinó tal beso que me quedé sin respiración.
MOBY DICK
Ismael vivía a las afueras del pueblo de Nantucket, el decía que el vivir cerca de los mares por los que tantos años ha naufragado le recordaba los viejos tiempos. Al recordarlos, él, se entristecía porque recordaba como perdió a sus compañeros y a mejores amigos como Quiqueg etc, pero por otra parte estaba feliz ya que estaba con sus seres más queridos y era el único hombre junto a Starbuck en el que sobrevivió en esa tripulación.
Ismael cuando iba a comprar alimentos a las tiendas, escuchaba que lo estaba buscando un chico llamado Marcus, hijo de Ahab y también el hijo de Stubb, el segundo oficial del barco, el primero era Starbuck, estos dos chicos con 25 años cada uno.
Un día al entrar en la tienda a la que solía ir Ismael le preguntó a la dependienta:
-Mire, se rumorea que los hijos de Ahab y Stubb quisieran encontrarme.
-Sí-respondió la dependienta.
La dependienta empezó a escribir en un papel una calle y un número de una casa.
-Aquí vive el hijo de Ahab, ve hacía allí y habla con él.
Ismael se dirigió hacía la casa de Ahab, la casa tenía un aspecto aterrador, el llamador estaba echo de colmillos de ballenas, por lo que Ismael no pudo llamar ya que se los clavaría. Este le pego dos fuertes golpes a la puerta y quedo esperando. De pronto salió una mujer:
-¿Quién eres?
-Soy Ismael un tripulante del Pequod, vengo a buscar a su hijo que lleva varias semanas preguntando por mí.
-Marcus-gritó la mujer.
De pronto salió un chico alto y fuerte, este se abrazo a Ismael. Ismael y Marcus se fueron a dar una vuelta, de mientras que Ismael le contaba un poco la historia de lo sucedido con Moby Dick. Cuando Ismael terminó la historia Marcus le propone ir a la caza de Moby Dick, también añadió que el hijo de Stubb , Mikel, quería ir también. Estos dos se proponían ha hacer lo que sus padres no pudieron en su día hacer, es decir, acabar con Moby Dick. Ismael se negó a ir otra vez, este no quería ni ver el mar, ni si quiera navegarlo. Marcus y Mikel lo iban ha hacer sin que sus madres se enterasen, ya que si lo hacían no lo dejarían marcharse por lo sucedido con sus padres.
Marcus se llevó todo el día intentando convencer a Ismael, pero este no quería, Ismael le dijo que zarparan ellos dos con otra tripulación.
Ya por la noche Ismael dormía tranquilamente pero su cabeza no paraba de darle vueltas y recordar lo sucedido, este pensaba en lo que se iban a enfrentar esos dos chicos si llegaban a zarpar y esto le hacía asustarse. Por otra parte los comprendía porque en Nantucket casi todo el mundo eran arponeros y era el sueño de cualquier joven, como fue el de él.
Tras varias semanas recapacitando Ismael se propuso ir con esos chicos, tuvo una discuta con su mujer, ya que a esta le daba miedo que él se fuera y perderle, pero finalmente la convenció. Este no iba a zarpar ese mismo día sino dentro de unas semana o un mes, ya que tenía que encontrar a arponeros con los que viajar en el barco, y también encontrar un ballenero. Ese mismo día Ismael le dijo a Marcus y Mikel que iba a acompañarlos en el viaje, estos dos se pusieron muy contentos, ya que este tenía experiencia por lo vivido.
A la semana ya tenían la tripulación llena, pero les faltaba el barco con el cuál viajar. Les costo un par de semanas encontrarlo, pero por fin lo tenían, se llamaba Bribon, estaba echo con una fuerte material para evitar los golpes de las ballenas o tiburones. Se disponían a zarpar a la mañana siguiente cuando saliera el sol.
Al día siguiente, ya estaban allí todos dispuestos a salir, pero faltaban Marcus y Mikel, que justo después llegaron ya que tenían que salir de su casa sigilosamente sin que sus madres lo supieran y esto le llevo a retrasarse un poco.
Las primeras semanas de navegación era siempre lo mismo cazaban unas dos ballenas a la semana para sacarle el aceite, pero los barriles ya estaban llenos.
A Mikel le costo adaptarse, un día se le fue la cabeza y dijo:
-O me lleváis para casa, o me tiro de este barco, prefiero estar muerto y vivir con mi padre a estar aquí en este barco.
La gente dijo que no iban a volver y pensaban que no era capaz de tirarse. Mikel cogió se puso en lo alto del barco y se tiró, rápidamente los tripulantes saltaron también para rescatarlo. Con la ayuda de todos subieron antes de que fueran devorados por tiburones. Mikel decía que estaba harto de estar allí y no encontrar a la ballena y eso que solo llevaba un par de semanas, los demás también compartían esta opinión pero era su trabajo.
Un día el capitán del barco Ismael vio una gran ballena, enseguida echaron los barcos pequeños y remaron tan fuertes como pudieron para intentar llegar antes de que se fuera y matarla, Ismael la reconoció era Moby Dick, los chicos se asustaron al verla pero enseguida empezaron a tirarle arpones, algunos acertaron pero no fue suficiente para matarla, esta se enfado y huyó.
Ya en el barco se reunieron todos y hablaron sobre el arpón que tenía clavado de Ahab etc. Esa noche hubo una fuerte tormenta en la que crujía todo el barco y el viento se los llevaba en dirección contraría de su destino, estos supieron aguantar con fuerza, algunos rodaban por el barco debido al viento y a las olas tan fuertes que había.
Por lo tarde, un tripulante dio una voz al ver a Moby Dick, esta vez estaban dispuestos a darlo todo para matarla, iban tres barcos pequeños hacía ella con un montón de redes y arpones. Marcus estaba cerca de ella, casi podía tocar la cabeza, le tiro un arpón y se lo clavo en la nuca, esta empezó a dar coletazos y se cabreó pero después Ismael le dio otro y todos empezaron a tirarle hasta que la mataron, estos se pusieron muy contentos por haberla matado y la calma resoplaba en ellos. La tripulación pudo estar tranquila, ya que estaban todo el día vigilando por sí la veían, no perdían ojo alguno. El barco cogía unas grandes redes, la cubrieron y se la llevaron.
Tras un par de meses regresaron, estos tuvieron suerte de encontrársela tan pronto, ya que se tarda mucho en encontrarla, si se encontraba. Todo el pueblo esperaba al Bribon y a su tripulación. Ismael cogió un megáfono y proclamo de haberse cargado entre todos a la maldita ballena que le había roto una pierna a Ahab, de haberse cargado a una tripulación entera menos a él y a Starbuck y de ser famosa en aquel pueblo. Todos se pusieron muy contentos menos la madre de Marcus y Mikel, aunque por otra parte contentas de que regresaran con vida. La ballena fue vendida por mucho dinero que se lo repartieron entre la tripulación.
Tras varias semanas recapacitando Ismael se propuso ir con esos chicos, tuvo una discuta con su mujer, ya que a esta le daba miedo que él se fuera y perderle, pero finalmente la convenció. Este no iba a zarpar ese mismo día sino dentro de unas semana o un mes, ya que tenía que encontrar a arponeros con los que viajar en el barco, y también encontrar un ballenero. Ese mismo día Ismael le dijo a Marcus y Mikel que iba a acompañarlos en el viaje, estos dos se pusieron muy contentos, ya que este tenía experiencia por lo vivido.
A la semana ya tenían la tripulación llena, pero les faltaba el barco con el cuál viajar. Les costo un par de semanas encontrarlo, pero por fin lo tenían, se llamaba Bribon, estaba echo con una fuerte material para evitar los golpes de las ballenas o tiburones. Se disponían a zarpar a la mañana siguiente cuando saliera el sol.
Al día siguiente, ya estaban allí todos dispuestos a salir, pero faltaban Marcus y Mikel, que justo después llegaron ya que tenían que salir de su casa sigilosamente sin que sus madres lo supieran y esto le llevo a retrasarse un poco.
Las primeras semanas de navegación era siempre lo mismo cazaban unas dos ballenas a la semana para sacarle el aceite, pero los barriles ya estaban llenos.
A Mikel le costo adaptarse, un día se le fue la cabeza y dijo:
-O me lleváis para casa, o me tiro de este barco, prefiero estar muerto y vivir con mi padre a estar aquí en este barco.
La gente dijo que no iban a volver y pensaban que no era capaz de tirarse. Mikel cogió se puso en lo alto del barco y se tiró, rápidamente los tripulantes saltaron también para rescatarlo. Con la ayuda de todos subieron antes de que fueran devorados por tiburones. Mikel decía que estaba harto de estar allí y no encontrar a la ballena y eso que solo llevaba un par de semanas, los demás también compartían esta opinión pero era su trabajo.
Un día el capitán del barco Ismael vio una gran ballena, enseguida echaron los barcos pequeños y remaron tan fuertes como pudieron para intentar llegar antes de que se fuera y matarla, Ismael la reconoció era Moby Dick, los chicos se asustaron al verla pero enseguida empezaron a tirarle arpones, algunos acertaron pero no fue suficiente para matarla, esta se enfado y huyó.
Ya en el barco se reunieron todos y hablaron sobre el arpón que tenía clavado de Ahab etc. Esa noche hubo una fuerte tormenta en la que crujía todo el barco y el viento se los llevaba en dirección contraría de su destino, estos supieron aguantar con fuerza, algunos rodaban por el barco debido al viento y a las olas tan fuertes que había.
Por lo tarde, un tripulante dio una voz al ver a Moby Dick, esta vez estaban dispuestos a darlo todo para matarla, iban tres barcos pequeños hacía ella con un montón de redes y arpones. Marcus estaba cerca de ella, casi podía tocar la cabeza, le tiro un arpón y se lo clavo en la nuca, esta empezó a dar coletazos y se cabreó pero después Ismael le dio otro y todos empezaron a tirarle hasta que la mataron, estos se pusieron muy contentos por haberla matado y la calma resoplaba en ellos. La tripulación pudo estar tranquila, ya que estaban todo el día vigilando por sí la veían, no perdían ojo alguno. El barco cogía unas grandes redes, la cubrieron y se la llevaron.
Tras un par de meses regresaron, estos tuvieron suerte de encontrársela tan pronto, ya que se tarda mucho en encontrarla, si se encontraba. Todo el pueblo esperaba al Bribon y a su tripulación. Ismael cogió un megáfono y proclamo de haberse cargado entre todos a la maldita ballena que le había roto una pierna a Ahab, de haberse cargado a una tripulación entera menos a él y a Starbuck y de ser famosa en aquel pueblo. Todos se pusieron muy contentos menos la madre de Marcus y Mikel, aunque por otra parte contentas de que regresaran con vida. La ballena fue vendida por mucho dinero que se lo repartieron entre la tripulación.
Tres sombreros de copa.
ACTO CUARTO.
(Dionisio se monta en el coche, viendo por la ventana a Paula, que lo está viendo por el balcón con lágrimas. De repente, Dionisio se baja del coche...)
Dionisio. ¡Paula, cariño mío, no me dejes ir, yo te quiero, te quiero tanto que voy a dejarlo todo por tí!
Paula. ¡Dionisio, por favor, no digas esas tonterías! Súbete al carro, Margarita te espera en el altar, os queda una larga vida por delante, por disfrutar...
Dionisio. No, Paula. ¿No entiendes que te quiero y que no puedo casarme con ella pensando en ti?
(Paula baja por el ascensor hacia donde está Dionisio. Se encuentran los dos, cara con cara y Dionisio se lanza. Beso duradero y dulce.)
Paula. Vamos, vamos a la iglesia a comunicarle a Margarita que estás enamorado de mi y que no os vais a casar. No la puedes dejar tirada, Dionisio.
Dionisio. Está bien, Paula, vamos. Pero, después de esto, nos largaremos de esta ciudad, muy lejos los dos, dónde nadie nos vea y dónde nadie se meta entre nosotros.
Paula. Eso está hecho, cariño. ¡Vamos!
(Se montan los dos en el coche hasta llegar a la iglesia. Al llegar se bajan los dos y se sitúan en la puerta por dónde tiene que pasar el novio. Todos los invitados mirando hacia atrás, viendo a Dionisio y a Paula cogidos de la mano.)
Dionisio. Margarita, no puedo casarme contigo. Tú amor no es correspondido con el mío, no puedo hacerte daño. No nos podemos casar, esta bella mujer me ha enamorado en tan solo un día y ahora nos vamos, nos vamos muy lejos.
Don Sacramento: ¡Qué imbécil! Con que la tipa esa era la que estaba debajo de tu cama en la habitación del hotel, eh... ¿Creías que no le había visto? ¡Já! Seré mayor, pero no tonto.
Margarita. (Llorando, nerviosa y sin saber qué hacer ni qué decir) ¡Vete, vete de mi vista! ¿Cómo me has podido engañar de esta forma, Dionisio? Creía que me querías, confiaba en ti, pero visto lo visto... ¡FUERA! ¡Vete! ¡Corre, corre con ella!
Dionisio. Creía que estaba enamorado de ti, pero no, esta mujer me ha abierto los ojos y me alegro. Adiós Margarita, adiós Don Sacramento, adios....
(Se montan los dos en el coche besándose como nunca antes lo habían hecho.)
Dionisio. ¿Sabes? Estoy muy feliz de estar aquí, contigo... ¿A dónde vamos?
Paula. Lejos, vayámonos lejos. Siempre y cuando sea a tu lado no me importa.
Dionisio. Tengo unos ahorros, lo que nos puede servir para irnos muy lejos de aquí. ¿Qué te parece?
Paula. Yo también tengo unos ahorros, pero están en el hotel.
Dionisio. Vamos, yo cogeré mis cosas y tu tus ahorros y luego nos iremos muy lejos.
Paula. Vamos.
Dionisio. Pensándolo bien... no debemos de ir. Si vamos, Buby, te pegará de nuevo. ¡Larguémonos ya!
Dionisio. Pensándolo bien... no debemos de ir. Si vamos, Buby, te pegará de nuevo. ¡Larguémonos ya!
Paula. Sí, tienes razón, vayámonos, no quiero ver al negro ni en pintura.
Dionisio. Allá vamos, mi vida. Te quiero, te quiero muchísimo.
Paula. Yo también cielo. ¿Puedo contarte algo y me prometes que no te enfadarás?
Dionisio. Lo prometo, pero si me afecta mucho, me enfadaré.
Paula. ¿Recuerdas a la fiesta que te invité? Pues estaba todo organizado por Buby, para que nosotras, las bailarinas, emborrachásemos a los huéspedes y así quitarles el dinero y todas las joyas que tenían. Pero contigo fue diferente, en realidad, no quería, estaba enamorada de ti.
Dionisio. No pasa nada. Rectificar es de sabios. Yo te mentí al decir que nunca me había besado con Margarita. Dejemos a un lado todo el pasado y hagamos una bonita vida juntos. Paula. Está claro, te quiero.
Dionisio. Allá vamos, mi vida. Te quiero, te quiero muchísimo.
Paula. Yo también cielo. ¿Puedo contarte algo y me prometes que no te enfadarás?
Dionisio. Lo prometo, pero si me afecta mucho, me enfadaré.
Paula. ¿Recuerdas a la fiesta que te invité? Pues estaba todo organizado por Buby, para que nosotras, las bailarinas, emborrachásemos a los huéspedes y así quitarles el dinero y todas las joyas que tenían. Pero contigo fue diferente, en realidad, no quería, estaba enamorada de ti.
Dionisio. No pasa nada. Rectificar es de sabios. Yo te mentí al decir que nunca me había besado con Margarita. Dejemos a un lado todo el pasado y hagamos una bonita vida juntos. Paula. Está claro, te quiero.
(Suena la alarma y, seguidamente, Don Rosario aporrea la puerta. Dionisio se despierta, todo ha sido un sueño.)
Don Rosario. ¡Arriba, campeón! Ya llegó el día. A prepararse que en una hora está aquí el coche.
Dionisio: Ya desperté, déjeme solo que yo me preparo y cuando termine, bajo.
(Diciendo para sí mismo...) Todo ha sido un sueño, no quiero ver a Magarita, no quiero casarme con ella, no quiero desayunar por las mañanas huevos pasados por agua, ni cumplir todas las normas que don Rosario me pondrá, tal y como las he vivido en el sueño, sé que no la quiero y no le puedo hacer daño. Debo huir muy lejos y rehacer mi vida.
(Recoge sus cosas, sale por el balcón escalando de balcón en balcón hasta llegar a la calle. Sale a correr y huye. Huye de todo aquello para ser feliz.)
FIN.
Continuación del libro "Canción de Navidad"
Después de que Scrooge
tuviera la visita de los tres espíritus, y su forma de pensar hubiese cambiado
totalmente a mejor, le hizo una visita a su sobrino, ya que se había comportado
muy mal con él, al decirle las barbaridades que dijo sobre la Navidad. Su
sobrino le dijo que le perdonaba, pero que las siguientes navidades hiciese una
donación a los pobres; Scrooge aceptó.
Paso un año, y Scrooge cumplió su
promesa, hizo una donación, el día antes de Navidad. El día de Navidad fue a
comer a casa de su sobrino Fred, con el resto de sus familiares, Scrooge bebió
más de la cuenta y empezó a contar lo sucedido el día que le visitaron los tres
espíritus. Sus familiares le tomaron por un loco, y su sobrino no daba crédito
de lo que oía. Él pensaba que su tío se había vuelto loco; ya le había parecido
muy extraño que el año anterior cambiara de opinión sobre la Navidad tan
repentinamente.
Scrooge, unas horas más tarde se quedo dormido bajo los efectos del
alcohol; sus familiares empezaron a hablar sobre lo que dijo Scrooge, eso de
los tres espíritus. Unos decían que eran cosas de viejo loco, otros que era
porque estaba borracho, y Fred simplemente decía que era por toda la soledad.
Al finan decidieron llevarlo al doctor, para que lo mirase.
A la mañana siguiente le
dijeron a Scrooge que iban a ir al médico, porque querían que le hiciesen unas
pruebas, ya que hacía tiempo que pasaba a hacerse una revisión. Acepto
hacérselas, y una vez en el médico, el doctor le empezó a hacer preguntas.
Scrooge las respondía todas, pero aunque él no sabía lo que estaba pasando, el
doctor sí. El doctor él dijo a Scrooge que descansase que iba a hablar con su
sobrino fuera.
-
Fred, tengo malas noticias para ti- le dijo el doctor con cara de
circunstancias.
-
Dígame, doctor, ¿está mi tío enfermo? -preguntó Fred preocupado.
El doctor le dijo a Fred que su tío era esquizofrénico; Fred no lo
podía creer pero era cierto. Según el doctor a Scrooge no le visitó nunca
ningún espíritu; todo era parte de su imaginación, provocado por toda la
soledad que sufría.
Scrooge escuchó la
conversación que tuvo el doctor con su sobrino, y salió huyendo por la ventana
de la habitación, ya que lo podían llevar al manicomio. Scrooge empezó a correr
hacía al bosque. Cuando Fred se dio cuenta de que había desaparecido su tío y
que estaba la ventana abierta empezó a correr detrás de él. Scrooge corría y
corría, pero le parecía que estaba en otro sitio que no era el bosque; veía
cosas raras muchos colores y tenía un dolor de cabeza terrible.
De repente, en un ataque de locura, Scrooge pensó que tenia al
espíritu de las navidades pasadas delante suya, guiándole por el bosque. El
"espíritu" empezó a llamarlo, y Scrooge le seguía, pero sin ver nada
de lo que había detrás del espíritu.
Cada vez iba más rápido,
hasta que el espíritu desapareció. Entonces se dio cuenta estaba delante de un
barranco. Al instante apareció Fred, y le dijo que fuese con él, pero Scrooge
no sabía si era el de verdad o si era una alucinación.
Fred cada vez se acercaba más y más, y Scrooge
se iba retirando, hasta tal punto que resbaló, y cayó sobre un conjunto de
piedras que le quebrarían todos sus huesos, dejándolo sin vida.
CONTINUACIÓN DEL LIBRO
Cuando Alicia llegó a la cocina, una Jirafa color magenta con manos estaba fregando los platos. A Alicia, por un momento no le pareció extraño después del sueño que había tenido, pero cuando se dio cuenta de que su hermana ya había hablado con ella y que todo había sido imaginación, no le pareció muy normal. Dicen que el 70% de los sueños quieren decir algo. ¿Significaba el sueño que había tenido Alicia que se estaba volviendo loca?
- Hola - dijo esperando una respuesta, pero no la hubo.
¿Y cómo la iba a escuchar la Jirafa? Si estaba escuchando música con sus auriculares.
"Es alta, con el cuello bastante corto a decir verdad, creo que se le ha encogido de estar tanto tiempo arrugado a causa de que el techo está demasiado bajo para ella. Es atractiva para ser una jirafa, supongo que por eso mi padre la ha escogido como sirvienta. Parece simpática, y trabajadora, ya que en los diez minutos que llevo aquí observándola no ha apartado la vista del fregadero." pensó.
Alicia no aguantaba más, quiso que la Jirafa la escuchase y se vio obligada a quitarle los cascos para hablar con ella.
- Oh, Alicia, no me había dado cuenta de que estabas aquí. ¿Quieres ya la merienda? - le preguntó a Alicia como si tan normal fuese.
- Perdone... Señora...
- Jirafa - interrumpiéndole.
Alicia prosiguió:
- Señora Jirafa, ¿cómo sabe usted que yo venía a tomar mi merienda? ¿Y qué hace aquí? ¿Y por qué estoy hablando contigo? ¿Dónde están mis hermanas? ¡¡Esto es de locos!!
- ¿Por qué haces tantas preguntas? Limítate a aceptar las cosas como son y a vivirlas de tal manera. La pregunta no es por qué estoy aquí, sino por qué no. - espetó la Jirafa.
Alicia quedó tan desconcertada que no pudo ni hablar, su cabeza estaba apunto de explotar con tantas ideas en la mente, y más ahora que se había acordado de que mañana era lunes y que tenía todavía tarea por hacer.
- No te preocupes, la Rardilla te ayudará a hacer la tarea, si quieres buscarla, creo que anda por el jardín. - le informó.
- No necesito ayuda de nadie - Alicia estaba empezando a hartarse de la situación, ¿cómo había escuchado lo que estaba pensando? ¿Acaso lo había dicho en voz alta? -. Siempre la he realizado sola. Además, ¿quién es esa tal Rardilla?
La Jirafa contestó:
- Es una mezcla entre Rata y Ardilla. Es muy lista, ha estudiado bastante tiempo y te podría ayudar, sabe más que el propio Kifren.
- Dios mío, me estoy volviendo loca, necesito que me de el aire. ¿Y Kifren, quién es? Mira, no me voy a molestar ni en preguntar quién es, me voy de aquí - y salió al jardín-.
Alicia estaba confusa, su hermana la había despertado de ese sueño tan maravilloso que había tenido. O eso creía ella. ¿Estaba despierta? ¿Seguía dormida? ¿El sueño le había afectado tanto que seguía imaginando cosas? ¿Estaba volviéndose loca?
"Esto debe de ser una broma pesada. Sí, seguramente Raúl, ese niño tan malvado de mi clase quiere gastarme esta broma por haberle estropeado su dibujo el pasado día de clase. Pero yo lo hice sin querer, no es justo..." decía para sí.
- ¡¡Alicia!! La merienda - gritó la Jirafa desde la cocina.
Fue corriendo y gritó enfadada:
- ¡¡No quiero la merienda!! ¡¡No te he pedido la merienda!! ¡¡No mandas sobre mí!! ¡¡No quiero la merienda!! - Alicia estaba comenzando a desvariar y a ponerse atacada.
- Tranquilízate - le dijo en un tono calmante -, sé que no me has pedido la merienda. Pero, ahora dime, ¿acaso no tienes hambre?
A Alicia de repente le empezaron a sonar las tripas como si no hubiera comido en días. Ahora que lo pensaba, sus Aventuras habían durado casi dos de estos, ¿y si habían sido ciertas y por eso tenía hambre? Tomó el pan con mermelada sin decir nada, estaba avergonzada de sí misma, de cómo se había puesto.
Fue terminar la merienda e ir a su habitación a hacer la tarea. Estaba cansadísima y solo deseaba terminarla, cenar y dormir hasta el día siguiente.
Se sentó en el escritorio para hacer la tarea. Sacó un lápiz y su libreta de Lengua. Tenía que hacer unos ejercicios que la maestra había puesto en la pizarra. El enunciado decía: "teniendo en cuenta que x=2, si de Madrid sale un coche a 60km/h y el complemento directo es un sustantivo, ¿qué distancia hay de aquí a la Luna?"
Alicia no entendía el ejercicio en absoluto pero buscó en su libro y encontró un ejercicio completamente idéntico. La respuesta era "16 litros". Lo fue a escribir y el número 16 se posicionó entre la 'o' y la 's', quedando así "litro16s".
Alicia pensó que le estaba entrando mucho sueño y que por eso lo había escrito mal, borró, lo volvió a escribir y pasó lo mismo.
- Ponte en tu sitio ahora mismo - le ordenó al número 16 como si fuera normal -.
De repente, apareció escrito en la libreta "no quiero, quiero estar al lado de la 'o', que es la número 16 del diccionario. Anda, vete a dormir que llevas dos días sin pegar ojo."
Alicia naturalmente no se sorprendió de este hecho. Le dio igual cómo estuviese escrito, mañana en clase cuando preguntaran por el ejercicio diría "16 litros" aunque no lo tuviera escrito tal cual.
No tenía hambre, así que se echó a dormir directamente.
A la mañana siguiente, le despertó su despertador diciendo "¡¡arriba Alicia, es la hora!!". Dio un salto de la cama, esperando que este día le fuera mejor que los otros, aunque no había empezado muy bien con su despertador hablando. Se fue a vestir, y no encontró su bufanda verde, aunque no le importaba mucho porque no hacía tanto frío.
Entró en su clase con retraso, se sentó en su pupitre mientras la maestra la regañaba. Cogiéndole la maestra tirria a Alicia por llegar tarde, fue a ella a quién le preguntó la solución del ejercicio.
- Alicia, el ejercicio 14, por favor. ¿Lo has hecho? - preguntó con los ojos casi fuera de las órbitas-.
Alicia muy segura dijo:
- Sí, la respuesta es 16 litros.
Todo la clase echó a reír, estaba claro que hoy tampoco iba a ser su día.
La maestra irritada le gritó:
- ¡¡Alicia!! ¡¿16 litros?! Estamos en clase de Lengua. ¿Te estás riendo de mí?
- No, maestra. Si x=2, ¿qué otra cosa podría ser? - dijo humildemente -.
- No voy a consentir tu comportamiento. Vete a casa, repite el ejercicio y todos lo de esa página. Mañana vuelve y procura no pronunciarte - ordenó la maestra.
Alicia salió de su clase aguantando todas las miradas, y pensando en dónde andaría su bufanda verde...
Cuando llegó a casa, fue a su habitación. Estaba sola, sus padres estaban trabajando y sus hermanas en el colegio. Tiró la maleta, se tumbó boca arriba en la cama y cuando miró al techo, vio su una serpiente con un extraño parecido a su bufanda.
Saltó para intentar cogerla, y la serpiente se le enrolló en el cuello. Alicia por más que chilló, nadie la oyó. Finalmente la bufanda-serpiente la ahogó. Su último pensamiento fue "estoy loca".
Regreso de P. Zúñiga
Tras varios días después, Miguel fue a visitar al huésped. Cuando
entró en el hospital no se imaginó a quien se encontró. ¡Era Zúñiga!
Rápidamente visitó al huésped y se fue directamente a casa de Enrique para
informarle. Llamaron también a Satur para decírselo. No se lo creían pero
fueron al hospital a buscarlo y allí estaba.
-¡Zúñiga ha vuelto! -dijo Miguel.
-Si, me llevan de nuevo al Centro -respondió entusiasmado Zúñiga.
-Eso es fantástico -dijeron los tres niños.
Zúñiga entró en el centro y les preguntó a los tres niños que si
podían hacerle un favor. Ellos ilusionados respondieron que sí.
-Os pido por favor que me traigáis la última pluma que me falta
por coleccionar. Esta especie de ave sólo se puede encontrar en un lugar concreto,
se encuentra en una pequeña isla situada en el centro del Triángulo de las
Bermudas. -¿Estáis dispuestos? -dijo Zúñiga.
Los tres chiquillos dijeron al mismo tiempo que estaban dispuestos.
-¿Y que tipo de ave es? -dijo Satur.
-Se llama Grifo -dijo Zúñiga.
Los tres niños se despidieron de P. Zúñiga y al día siguiente se
fueron a la porqueriza para planear como podían tirar rumbo a esa isla. El
único problema era conseguir mil euros para ir en avión.
-¡Se me ha ocurrido una idea! ¿Podemos pedírselo a Salazar? -dijo
Miguel.
Los otros dos estaba de acuerdo. Fueron a pedírselo y
esperaron al fin de semana para realizar el viaje. Una vez allí, en la isla se
dividieron para explorar la isla. Enrique se encontró un cascarón de huevo y
avisó a los otros dos. Dijeron que tenía que estar cerca. Avistaron a lo lejos una
pequeña montaña. Había como un nido y se acercaron a verlo. El nido era grande
y esponjoso. Se quedaron esperando a que localizaran el ave. No aparecía, así
que acamparon un poco más abajo del nido. Por la mañana, se despertaron y
fueron a ver si estaba el ave.
-¡Ahí está! -dijo Satur gritando.
Era grande y esplendoroso. Estaba durmiendo Grifo y Miguel, el más valiente con
sigilo, le arrancó una pluma provocando así que se despertase enfurecido.
Los tres corrieron colina abajo para subirse al avión e irse de vuelta a
Sevilla. Cuando llegaron fueron a buscar a P. Zúñiga para dárselo y de
recompensa le dio la mayoría de sus posesiones y ganaron una fortuna. Miguel al
llegar a su casa seguía viendo a su padre triste, así que con el dinero que
ganó le consiguió devolverle el trabajo a su Padre que tanto deseaba.
Viaje al centro de la tierra II: La Isla Misteriosa.
LA ISLA MISTERIOSA
Mi tío Lidenbrock y yo estábamos de vuelta. Grouben recibió una llamada de su padre desde Islandia, le dijo que un tren nos llevaría de vuelta a Hamburgo, Alemania.
Cuando llegamos, Grauben nos dió un abrazo a ambos, ella estaba muy feliz porque los dos estábamos de vuelta sanos y salvos.
Pasaron varios meses desde el regreso de nuestra aventura, en ese tiempo mi tío había escrito un libro, titulado tal y como el descriptivo nombre de la hazaña que habíamos hecho, visitar el centro de la tierra, el nombre del libro era, por tanto, "Viaje al centro de la tierra".
Mientras, yo me había casado con Grauben. Podemos decir que tanto el tío Lidenbrock como yo, eramos muy felices.
El tío Lidenbrock se hizo famoso gracias al libro, vivía en su casa de siempre con su criada Marta; yo por el contrario, me había comprado una casa y vivía dichoso con Grauben.
El tío Lidenbrock se hizo famoso gracias al libro, vivía en su casa de siempre con su criada Marta; yo por el contrario, me había comprado una casa y vivía dichoso con Grauben.
Cuando mejor estábamos con una vida feliz y cómoda, un criptograma llegó a mis manos. Se lo enseñé al tío nada más verlo, y éste lo resolvió sin problema alguno. Lidenbrock estaba asombrado, leyendo aquel criptograma y de repente soltó sus gafas, parecía muy impresionado. Le dije:
-Tío, ¿qué pasa?
-Si lo que pone en este criptograma es cierto lo ha escrito tu padre.
-¿Mi padre? Sabes que él y mi madre murieron en un accidente de avión hace ya aproximadamente un año.
-La tinta o con lo que este escrito se está borrando, parece haber sido escrita hace meses o un año más o menos, lo investigaré en mi laboratorio y te diré cuando se escribió.
-Gracias tío...
Unos meses después...
Tras averiguar mi tío cuando fue escrito el criptograma, que la persona que lo envío fue mi padre y que había códigos en cada esquina del papel, que eran las coordenadas del lugar donde posiblemente se encontraban mis padres. Yo comencé a preparar el equipaje necesario para viajar hasta donde nos indicaban esos códices, su ubicación. Pero yo tenía preguntas y no encontraba sus respuestas; ¿Como pudieron sobrevivir a aquel accidente de avión? ¿Por qué escondieron la localización de aquel lugar? ¿Como me había llegado a mis manos aquel criptograma? Si de verdad están vivos, ¿por qué decidieron quedarse en aquel lugar y seguir escondidos? No lograba encontrar las respuestas necesarias para cada pregunta.
"Cueste lo que cueste, iré a aquel lugar" pensó Axel.
Me despedí de mi mujer, ya que no dejé que viniese conmigo por si fuese peligroso. Aunque no fui solo, mi tío Lidenbrock quiso acompañarme para encontrar a mis padres y su hermano y cuñada.
Teníamos que llegar hasta España, y desde allí coger un avión hacía el océano atlántico para llegar al triángulo de las bermudas, donde nos dirigían las coordenadas de aquel lugar, de aquel sitio en el que estuviesen mis padres.
Llegamos a España para coger nuestro siguiente transporte que nos llevaría hasta allí, teníamos un avión pero ningún piloto para dirigirlo, ya que según las leyendas, en aquel triángulo de las bermudas, había grandes tormentas, pérdidas y accidentes y todos los que por allí pasaban no se sabe que les pasó, unas de esas personas eran mis padres por lo que yo estaba dispuesto ir.
Pasamos unos meses en España porque no encontrábamos piloto mi tío y yo, tuvimos que aprender, dimos las prácticas necesarias y estábamos listos para ir a aquel lugar.
1 día después...
Desperté aturdido, en la arena, con agua subiendo y bajando tocándome los pies, no sabía donde estaba. Aquel lugar parecía una isla y no tenía nada que ver con lo que pasábamos en el triángulo de las bermudas, tormentas, lluvias... aquel lugar estaba soleado, muy soleado, lleno de palmeras y además parecía grande. Pero tampoco veía a mi tío, solo veía nuestro equipaje y restos de nuestro avión tirado por todos lados. Me levanté y me puse a buscar a mi tío. Lo encontré unos 30 metros más para dentro de aquella isla, él ya estaba despierto. Fui hacía él rápidamente y antes de que yo soltara palabra él me dijo:
-Axel, estamos justamente en las coordenadas que había en aquel criptograma, las coordenadas eran de esta isla. Y lo que tienes ante ti son los restos del avión en el que viajaban tus padres.
-Entonces, si nos dieron las coordenadas correctas, tienen que estar aquí.
-Así es.
-Pues pongámonos en marcha.
Avanzamos más hacía el interior de la isla por la otra parte donde se encontraban los restos del avión de mis padres. Estuvimos buscando y avanzando durante varias horas, hasta que mi tío me dijo que nos dirigiésemos hacía la parte más alta, una gran montaña.
Nos pusimos en marcha a aquel lugar. Cuando llegamos no necesité ni segundos para ver una casa en un árbol justamente en el centro de un lago y a su alrededor grandes palmeras. Aquello era precioso.
Mi tío y yo corrimos rápidamente hacía allí, lo más rápido que llegamos a correr en todo el viaje y yo en mi vida. Al llegar, no me lo pensé, subí a aquel árbol y entré en la casa, había un hombre y una mujer, ambos estaban sentados en sillas de madera y tomando té. Yo dije:
-¿Papá, mamá?
-¿Axel? Contestaron los dos al mismo tiempo.
Axel corrió hacía ellos y ellos hacía Axel, todos estaban muy emocionados.
Su tío subió y también quedó emocionado abrazando a su hermano y su cuñada.
Axel y el profesor, estaban muy cansados, después de la gran emoción dejaron la charla y explicaciones para cuando descansasen.
Al levantarse Axel, habló con sus padres y estos le contaron todo, y dieron respuestas a todas sus preguntas. Su padre le dijo:
-Gracias a que nosotros salvamos al piloto del avión, nosotros sobrevivimos también. Cuando el avión se estrelló, a los varios días recogiendo yo algunas cosas del resto del avión que nos servirían encontré a un hombre en la arena, era el piloto de avión. Nosotros lo acogimos, y lo curamos. Cuando estaba en plena forma, hicimos una balsa resistente para que el piloto viajase a América, a su casa.
El piloto consiguió llegar y nos prometió que si llegaba volvería con un gran barco con provisiones para nosotros, ya que le habíamos dicho que nos quedábamos allí y por lo tanto que no relevase que había un lugar así. Entonces, cada fin de semana él volvía con su barco con más provisiones y cada vez más cosas para que viviésemos bien allí. Y fue cuando te mandamos la carta con el criptograma, no sé porque ha tardado tanto en llegarte a tus manos, pero decidí mandártelo así, con códices sin descifrar por si a alguien se le ocurriera abrirlo, no pudiese relevar nuestra ubicación. Yo supe que solo mi hermano, tu tío Lidenbrock, sabría revelar la información.
A mi me resultó raro que mis padres hubiesen preferido quedarse allí en vez de volver a Alemania, pero nosotros esperamos a que su amigo el piloto viniese para irnos con él y volver a Alemania a por nuestras cosas y a recoger a Grauben, porque allí viviríamos mejor, según mis padres aquel lugar, aquella "Isla Misteriosa" era un verdadero paraíso.
"Cueste lo que cueste, iré a aquel lugar" pensó Axel.
Me despedí de mi mujer, ya que no dejé que viniese conmigo por si fuese peligroso. Aunque no fui solo, mi tío Lidenbrock quiso acompañarme para encontrar a mis padres y su hermano y cuñada.
Teníamos que llegar hasta España, y desde allí coger un avión hacía el océano atlántico para llegar al triángulo de las bermudas, donde nos dirigían las coordenadas de aquel lugar, de aquel sitio en el que estuviesen mis padres.
Llegamos a España para coger nuestro siguiente transporte que nos llevaría hasta allí, teníamos un avión pero ningún piloto para dirigirlo, ya que según las leyendas, en aquel triángulo de las bermudas, había grandes tormentas, pérdidas y accidentes y todos los que por allí pasaban no se sabe que les pasó, unas de esas personas eran mis padres por lo que yo estaba dispuesto ir.
Pasamos unos meses en España porque no encontrábamos piloto mi tío y yo, tuvimos que aprender, dimos las prácticas necesarias y estábamos listos para ir a aquel lugar.
1 día después...
Desperté aturdido, en la arena, con agua subiendo y bajando tocándome los pies, no sabía donde estaba. Aquel lugar parecía una isla y no tenía nada que ver con lo que pasábamos en el triángulo de las bermudas, tormentas, lluvias... aquel lugar estaba soleado, muy soleado, lleno de palmeras y además parecía grande. Pero tampoco veía a mi tío, solo veía nuestro equipaje y restos de nuestro avión tirado por todos lados. Me levanté y me puse a buscar a mi tío. Lo encontré unos 30 metros más para dentro de aquella isla, él ya estaba despierto. Fui hacía él rápidamente y antes de que yo soltara palabra él me dijo:
-Axel, estamos justamente en las coordenadas que había en aquel criptograma, las coordenadas eran de esta isla. Y lo que tienes ante ti son los restos del avión en el que viajaban tus padres.
-Entonces, si nos dieron las coordenadas correctas, tienen que estar aquí.
-Así es.
-Pues pongámonos en marcha.
Avanzamos más hacía el interior de la isla por la otra parte donde se encontraban los restos del avión de mis padres. Estuvimos buscando y avanzando durante varias horas, hasta que mi tío me dijo que nos dirigiésemos hacía la parte más alta, una gran montaña.
Nos pusimos en marcha a aquel lugar. Cuando llegamos no necesité ni segundos para ver una casa en un árbol justamente en el centro de un lago y a su alrededor grandes palmeras. Aquello era precioso.
Mi tío y yo corrimos rápidamente hacía allí, lo más rápido que llegamos a correr en todo el viaje y yo en mi vida. Al llegar, no me lo pensé, subí a aquel árbol y entré en la casa, había un hombre y una mujer, ambos estaban sentados en sillas de madera y tomando té. Yo dije:
-¿Papá, mamá?
-¿Axel? Contestaron los dos al mismo tiempo.
Axel corrió hacía ellos y ellos hacía Axel, todos estaban muy emocionados.
Su tío subió y también quedó emocionado abrazando a su hermano y su cuñada.
Axel y el profesor, estaban muy cansados, después de la gran emoción dejaron la charla y explicaciones para cuando descansasen.
Al levantarse Axel, habló con sus padres y estos le contaron todo, y dieron respuestas a todas sus preguntas. Su padre le dijo:
-Gracias a que nosotros salvamos al piloto del avión, nosotros sobrevivimos también. Cuando el avión se estrelló, a los varios días recogiendo yo algunas cosas del resto del avión que nos servirían encontré a un hombre en la arena, era el piloto de avión. Nosotros lo acogimos, y lo curamos. Cuando estaba en plena forma, hicimos una balsa resistente para que el piloto viajase a América, a su casa.
El piloto consiguió llegar y nos prometió que si llegaba volvería con un gran barco con provisiones para nosotros, ya que le habíamos dicho que nos quedábamos allí y por lo tanto que no relevase que había un lugar así. Entonces, cada fin de semana él volvía con su barco con más provisiones y cada vez más cosas para que viviésemos bien allí. Y fue cuando te mandamos la carta con el criptograma, no sé porque ha tardado tanto en llegarte a tus manos, pero decidí mandártelo así, con códices sin descifrar por si a alguien se le ocurriera abrirlo, no pudiese relevar nuestra ubicación. Yo supe que solo mi hermano, tu tío Lidenbrock, sabría revelar la información.
A mi me resultó raro que mis padres hubiesen preferido quedarse allí en vez de volver a Alemania, pero nosotros esperamos a que su amigo el piloto viniese para irnos con él y volver a Alemania a por nuestras cosas y a recoger a Grauben, porque allí viviríamos mejor, según mis padres aquel lugar, aquella "Isla Misteriosa" era un verdadero paraíso.
Bodas de sangre.
Acto cuarto
CUADRO PRIMERO
(Las VECINAS, arrodilladas en el suelo, lloran.)
VECINAS.
Cuchillitos, cuchillitos,
quitáis vidas sin pensar,
las quitáis y os vais sin más.
Madre usted no llore,
deje a un lado a la soledad,
porque aunque sea difícil,
usted tendrá que luchar.
ÁGATA. (Madre).
No puedo hacer nada más,
estoy sola,
primero mi marido, después un hijo y ahora el otro,
¿qué más me pasará?
Sólo me queda estar en mi casa,
me encerraré y me encerraré,
hasta que la muerte decida llevarme a mi también.
No puedo hacer nada más,
estoy sola,
primero mi marido, después un hijo y ahora el otro,
¿qué más me pasará?
Sólo me queda estar en mi casa,
me encerraré y me encerraré,
hasta que la muerte decida llevarme a mi también.
(La MADRE cierra la puerta de su casa dejando a la novia sentada en su puerta.)
NOVIA.
Aquí me quedaré,
de nada servirá
pero yo fui honrada, no hice nada.
Lo siento, lo siento,
coje el cuchillito y mátame ya
en esta vida, no me merezco estar.
Cinco meses después.
Estos meses, le dieron mucho que pensar a Ágata. Seguía con su soledad, intentando asimilar todo lo que le había ocurrido, pero solamente quería que esos miserables cuchillitos le atravesaran a ella, para poder irse con los suyos.
En este tiempo había llegado al pueblo una nueva vecina, llamada Fátima, con la que la madre había entablado amistad. Ella tenía unos 40 años, tenía un aspecto agradable, era alta y morena.
FÁTIMA (a ÁGATA).
Despierta, despierta, vámonos,
caminemos hacia donde nos dirige el sol.
Sin prisas y sin pausas
sin pensar ni juzgar,
sin mirar atrás,
disfrutando de la tranquilidad y la paz.
ÁGATA.
Ya he sufrido demasiado,
no me quedan lágrimas que derramar,
tendré que mirar al frente y no bajar la vista nunca más.
LA NOVIA.
¡Ay de verdad, esto yo no lo puedo aguantar!
Mía fue la culpa, mía nada más,
Me iré de este pueblo, y no volveré jamás.
En este tiempo había llegado al pueblo una nueva vecina, llamada Fátima, con la que la madre había entablado amistad. Ella tenía unos 40 años, tenía un aspecto agradable, era alta y morena.
FÁTIMA (a ÁGATA).
Despierta, despierta, vámonos,
caminemos hacia donde nos dirige el sol.
Sin prisas y sin pausas
sin pensar ni juzgar,
sin mirar atrás,
disfrutando de la tranquilidad y la paz.
ÁGATA.
Ya he sufrido demasiado,
no me quedan lágrimas que derramar,
tendré que mirar al frente y no bajar la vista nunca más.
TELÓN
CUADRO SEGUNDO
Plaza donde únicamente se escucha el bullicio de los niños jugando. En el centro una gran fuente de piedras antigüas en las que cae el agua que apenas se escucha. Al rededor de esta, unos bancos de hierro pintados de negro.
ÁGATA.
Que ven mis ojos,
no puede ser real,
no quiero empezar a recordar,
tú tuviste la culpa,
maldita sin piedad.
FÁTIMA. (a las dos)
Ya tiempo pasó, de ese horrible suceso,
no lo recordéis más,
eso sólo os hará sentir mal.
Y tú (dirigiéndose a la novia), eres joven,
deja el pasado atrás,
ya has pagado por ello,
ahora tendrás que olvidar.
Y tú (dirigiéndose a Ágata),
perdónala ya,
nadie tuvo la culpa,
era joven y se dejó llevar,
los tuyos, aunque no estén,
siempre te acompañaran.
¡Ay de verdad, esto yo no lo puedo aguantar!
Mía fue la culpa, mía nada más,
Me iré de este pueblo, y no volveré jamás.
ÁGATA.
Quizás no sea yo la que aquí deba estar,
yo ya no puedo aguantar más,
cogeré el cuchillito y me iré ya,
con los que me quieren,
con los míos de verdad.
Mientras tanto, ustedes disfrutar.
TELÓN.
FIN DEL DRAMA.
Continuidad de Moby Dick
Una vez vi a una mujer parada de pie en lo alto de una colina con un niño pequeño en brazos: miraba el mar con ansiedad. No hablamos. ¿Qué podría haberle dicho? Además, hay muchas mujeres como aquélla, y muchas colinas en el mundo desde donde otear el horizonte marino.
Seis años pasaron, seis largos años. Seis años en los que cada noche soñaba con que aquella bestia marina venía a por mi y me arrastraba con ella hasta las profundidades. Cada noche que pasaba era como David ante Goliat, un repugnante hombre solo en el mundo. Y fue así, cuando entonces, decidí escribir mis memorias marinas.
๑ ๑ ๑
Me llamo Herman Melville, soy un ciudadano de los Estados Unidos. Por casualidad me acabo de encontrar estas memorias de un arponero que por lo escrito en el libro y lo leído por mi persona, hace ya mucho que debería haber muerto.
El protagonista en ningún momento dice quién es en realidad, así que lo tomaré por anónimo. Por lo poco que llevo leyendo, nos relata las hazañas que tenía a diario contra ballenas, cachalotes y en alguna que otra ocasión hasta con el mismo diablo (su capitán Ahab).
Me resulta muy interesante la importancia que le daba ese tal Ahab a la caza de esa monstruosa ballena. ''Si te arrancó la pierna de un bocado, ¿para qué quieres perseguirla? ¿acaso quieres acabar con tu vida?'', estas preguntas me las hago a diario, cada vez que leo algunas páginas. Por mucho que intente buscar un razonamiento no lo encuentro, no lo hay.
Cada palabra que leo es como si estuviese allí, en aquel barco, infectado de un olor repugnante e infectado de ratas a las que se les llama hombres. No entiendo la razón por la cual los hombres no se amotinaban contra el capitán, las condiciones en las que los mantenía eran inhumanas.
Algo me dice que no he encontrado este libreto lleno de faltas de ortografía por casualidad. Este último año no me ha ido muy bien escribiendo, Dios me ofrece su ayuda y creo que aquí hay suficiente material como para destruir a tres como Moby Dick.
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