LA LEY DE LA CALLE
Me quedé allí sentado viendo como rompían las olas, mientras
veía a Steve alejándose.
Al cabo de unos minutos apreció mi novia, me dijo que si quería
cenar, ya que era tarde y ella no tenía ganas de hacer nada de comer en casa,
ni yo de ir. Pensaba comer fuera aunque comiera sólo, sabía que mi novia me
llamaría al ver que tardaría mucho. Fuimos al bar al que siempre vamos, no había
un día que estuviera vacío. Estaba siempre lleno ya que había mucho turismo. En
el paseo marítimo se encontraban muchos bares pero la gente solía ir a ese
porque la comida que ponía era muy buena y otras personas recomendaban también
ir. En los otros se comía bien pero este era el mejor sin duda alguna.
- Charlie- le dije al camarero, al que conocía, pues iba allí
todos los días a tomarme una cerveza
- Dime Rusty James- él ya sabía que no me gustaba que me
dijeran soló Rusty porque me molestaba.
- Cuando quede algo libre avisame, esperaré de mientras en
el banco de ahí enfrente.
A mí me daba igual esperar un rato por la razón de que el
servicio era rápido. Empezé ha hablar con mi novia, le dije que me había
encontrado con Steve, ella no le conocía, yo le hablé unas cuantas veces de él,
de que era mi mejor amigo y demás… Cameron que así era como se llamaba, sabía todas
las cosas de mi infancia.
- Rusty James- oí de nuevo. Era el camarero seguramente se
quedaría alguna mesa vacía. Fuimos para allá. Tuvimos una cena tranquila como
siempre. Cuando regresábamos de vuelta a casa pensé en mi padre por donde
andaría, si estaba de borrachera o algo por el estilo.
Al día siguiente, como cualquier otro día me levanté y
desayuné. Estuve sentando en el sofá viendo en la tele un programa que siempre
veo, yo no trabajaba, mi mujer sí. Al cabo de unos minutos sonó el teléfono, lo
cogí.
-
¿Rusty James?
-
Sí
-
Buenos días, le llamó del hospital, su padre se
encuentra ingresado en mal
estado anoche tuvo una pelea y salió mal parado.
En ese momento me quede en estado shock, apagué el móvil y
fui corriendo hasta fuera para coger la moto. El barrio de mi padre se
encontraba a una media hora del mío.
Llegué el hospital, al que no me gustaba nada entrar,
pregunté en recepción por mi padre, fui a la habitación y allí estaba él con
una brecha en la cabeza y enchufado por muchas máquinas.
- Papá, papá que te ha pasado.
- Una pelea en el bar no me acuerdo de nada, recuerdo que
abrí los ojos y había mucha gente alrededor mía y que me golpearon por detrás
mía en la cabeza.
Sonó el móvil de nuevo era mi novia que donde andaba, le
conté todo, le dije que se quedara en casa mejor que iba a investigar sobre el
hombre que golpeó a mi padre y denunciarlo. Me quedé allí todo la mañana
sentando pensando en quien podía haber sido, si mi hermano estuviera aquí
seguro que se enteraría de todo y le pegaría al hombre una buena paliza. De
pronto vino una médica a ver como se encontraba.
- Perdone, cuánto tardará en marcharse.
- Unos días.
Pasaron unos minutos y el silencio era absoluto.
- Papá esto no puede seguir así, tienes que cambiar todo el
día de borrachera gastando dinero en todos los bares del barrio, cambia por
favor hazlo por mi y por mi hermano.
- Lo haré
- Promételo.
- Te lo prometo.
Mi padre seguro que no tenía ganas de hablar de lo que paso
con mi hermano eso ya quedo zanjado. A mi tampoco me haría mucha gracia hablar
de nuevo, empezaría a recordar viejos tiempos y me emocionaría.
Después llamó mi novia, le dije que pasaría aquí la noche
con él acompañándolo y seguiría aquí hasta que se fuera ya que no podía
acompañarlo nadie más desgraciadamente. Fui al restaurante de abajo a tomar
algo echaba de menos ir al bar de mi barrio pero que le íbamos hacer…
Ya por la noche, estuve hablando con mi padre de cosas, me
preocupaba mucho su estado pero los médicos me decían que solo fue un golpe.
Pasé una noche malísima me despertaba cada dos por tres con un dolor de cuello
increíble y veía a mi padre dormir tan a gusto roncando y yo que no podía ni
mover el cuello.
Al día siguiente ya por la mañana llamé a mi novia que hoy
no trabajaba, le dije que está noche la pasaría también con mi padre a no ser
que le dieran el alta, ella iba a venir a pasarla también conmigo y de paso
presentársela a mi padre, para ver que opinaba. Estaba harto de estar allí
sentando y sin hablar con nadie, mi padre siempre estaba durmiendo o callado
mirando al techo blanco. Pasó una media hora y yo seguía allí esperando a mi
novia, cuando de pronto apreció.
-¿Quién es esta?- dijo mi padre
- Mi novia papá
Mi padre se quedó callado
- Encantado- y le dio dos besos
Empezamos a hablar sobre ella, de su familia que
desgraciadamente habían muertos sus padres en un accidente de coche, sobre su
trabajo…
Llegó la médica con unos papeles y dijo que podíamos
marcharnos que mi padre se encontraba bien, me alegre mucho al escuchar esto.
Esa tarde iría a poner la denuncia ya que mi padre se acordó de quien fue.
Llegamos a comisaría y nos encontramos con el
señor Patterson no me miró con cara de asco ni nada.
- ¿En qué puedo ayudarle?
- Mire querría poner una denuncia
- ¿Qué le ha pasado?
- Le golpearon en una pelea
- Mire no me acuerdo de nada exactamente recuerdo que estaba
tomando una copa y me golpearon por detrás fue Braian Taylor.
Braian era un tipo que siempre estaba metido en peleas,
siempre la estaba buscando. Me quedé sorprendido con lo actitud de Patterson no
esperaba que me tratase de esa manera tan buena. Le pusimos la denuncia y
fuimos para casa de mi padre, esa tarde tuve una buena charla con mi padre
diciéndole que dejara de una vez el alcohol que tomará algo, pero no mucho. Mi
novia de vez en cuando también le decía algo.
Yo dormí en el sofá cama con mi novia prefería que durmiera
mi padre sólo en la cama sin que le molestará nadie. Estábamos muy pegados si
yo me movía me caería de la cama al igual que mi novia. A la mañana siguiente
fuimos a comisaría a ver que había pasado y estaba allí Braian con unas esposas
por lo visto le pegó a mi padre con un palo de billar en la cabeza, me entraron
unas ganas de partirle la cara allí en medio de todos. Mi padre lo miró con una
cara de asco. Fuimos a comer a un bar al que solía ir mi padre, bueno mi padre
iba a todos, comimos muy bien la verdad. Cuando terminamos de comer me despedí
de mi padre porque me iba ya para mi casa. Vendría a verlo algunas veces pero
muy pocas, confié en que no bebería mucho, le di un gran agrazo y me fui
tranquilo confiando en él.
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