Cuando el carruaje llegó a Inglaterra, Darnay se despertó y reveló Lorry lo sucedido en la cárcel. Al enterarse se quedó asombrado por la valentía y el coraje que había demostrado tener Carton con tal acción.
Una vez en su casa de Inglaterra, Lucie, Lorry, el señor Manette y el supuesto Sydney Carton se reunieron junto a la chimenea. Todos los allí presentes observaron como ''Carton'' mostraba su verdadera identidad, aunque Lucie ya sabía que aquel hombre era su marido.
El señor Manette interrumpió en varias ocasiones a Darnay ya que seguía empeñado en realizar sus labores como zapatero y su hija Lucie junto con Lorry lo acompañaron a su dormitorio para que descansara.
Cuando su esposa regresó, lo abrazó y rompió a llorar y Lorry se retiró.
-Estaba aterrorizada, no se que habría sido de mi si te llego a perder amor mío. Pensar que jamás te volvería a ver, que nunca volveríamos a estar juntos..
-No pienses en eso ya mi querida Lucie. Todo ha pasado, estamos en Inglaterra y ya nada nos volverá a separar. Gracias a Carton estamos aquí y lo que ha hecho por mí se lo agradeceré el resto de mi vida. Él dio la vida por mí, por ti y por tu amor. Pero ya es tarde y ha sido un día muy largo ambos necesitamos dormir.
Al cabo de los años la pequeña Lucie se fue haciendo mayor y cuando cumplió sus 23 años, contrajo matrimonio con el conde Alexandre Cartoi. Con este joven y apuesto muchacho, de cabellera oscura, de gran altura, con unos ojos negros y penetrantes y una tez blanca tubo cuatro hijos. Anna, la mayor de los pequeños era una niña reservada pero con una belleza que asombraba a todo aquel que la miraba. Alexandre, el mediano, era un niño astuto y valiente, además de orgulloso. Jorvis, fue el tercero, vivió poco ya que nació con deformidades y cuando tenía tan solo 3 meses de edad le diagnosticaron una rara enfermedad incurable que acabó con su corta vida. Y el último en llegar fue Sydney que destacaba por su inteligencia y su capacidad en el dominio del caballo.
En diciembre de 1812, Lucie enfermó y murió por sus altos brotes de fiebre dejando a su marido Alexandre con los pequeños. Años después, conoció a una joven con un pasado famoso, y no especialmente por sus logros en la vida. La muchacha lo engañó de tal forma que los pequeños acabaron solos y abandonados.
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