domingo, 27 de abril de 2014

Viaje al centro de la tierra

Varias semanas después, me desperté sin ganas, cogí mi batín y mis zapatillas y me fui a la cocina a desayunar. Cuando llegué, el profesor se encontraba sentado con una taza de té y leyendo un papel viejo y sucio.
- ¿Que lees?- pregunte mientras cogía la taza de té.

- Es otro pergamino de Arne Saknussemm, pero no consigo descifrar el pergamino, lo he intentado de la anterior manera y nada-

- Déjame ver- respondí.

Cogí el pergamino y lo ojee durante un rato pero no conseguía averiguarlo, me senté y cogí la taza, bebí un sorbo del té, deje la taza en la mesa, pero derrame sin querer en el pergamino.

- ¡Pero que has hecho!- dijo mi tío llevándose las manos a la cabeza como si el mundo de acabara.

- Espera- dije - mira lo que le pasa al pergamino, las letras están cambiando-

-Déjame ver - dijo mi tío ya más calmado.

Las letras que no se podían leer ahora ya sí, el pergamino decía:
Delante de las columnas de Hércules hallaras la ciudad perdida en el fondo del mar.

- ¿A que ciudad se refiere?- pregunte a mi tío que me miraba con cara de alegría.

- Se refiere a la Atlántida- respondió mi tío con gran ilusión.

- No, rotundamente no, no pienso ir a otro viaje arriesgado.

De repente alguien llamo a la puerta, era Graüben que había venido ha visitar a su tío, llevaba un vestido rojo con unos zapatos marrones y un collar.

- Hola, Otto- dijo con voz cariñosa.

-Hola, Graüben, necesito pedirte un favor- respondió el profesor.

- ¿Que necesitas?- pregunto Graüben.

- Necesito que convenzas a Axel para que venga conmigo a un viaje- respondió mi tío.

-No se, será peligroso-

- No se trata de si es peligroso o no, si no de la ciencia, este podría ser uno de los descubrimiento más grandes del mundo.

-Vale, está bien intentare convencerlo- dijo Graüben un poco preocupada.

Graüben salio de la habitación y se para la cocina donde yo estaba.

- Me ha contado Otto lo que ha pasado- dijo Graüben.

- Sí, y ya sabes lo que le he dicho- respondí.

- ¿Pero, porque?-

- Porque eso significaría separarme de ti-

- Pues entonces iré con vosotros-

- Pero...-

- Ya he tomado una decisión, y seguro que el profesor no tendrá ningún inconveniente en que yo valla- dijo Graüben muy decidida.

Al día siguiente, nos preparamos para el viaje, yo estaba preparando la maleta, cuando el profesor abrió la puerta de la habitación y me dijo.

- ¿Estas listo?-

- Sí, solo me falta el billete en barco y ya esta- le dije

- Toma- 

El profesor tiro el billete hacia mi cama.

- ¿Y a donde vamos?-

- Vamos ha España, he estado investigando un poco y los antiguos griegos llamaban a las columnas de Hércules lo que nosotros hoy en día llamamos Estrecho de Gibraltar, y probablemente la Atlántida se encuentre en medio del mar- dijo Otto.

Cuando llegamos al puerto, el barco que nos esperaba no era un barco de lujo si no más bien un barco un barco de pesca sucio y viejo.

- ¿Por que vamos en este barco? le pregunte a mi tío.

- Porque es más rápido y no podemos perder ni un solo minuto- me respondió.

- ¿Y para que son los billetes? le pregunte de nuevo.

- Son para el viaje de vuelta, ya que una vez que encontremos lo que estamos buscando no ara falta ir tan rápido - me respondió.

Yo estaba preocupado por Graüben, pero ella parecía emocionada con el viaje, y al final fui yo el que lo paso peor, ya que nos pillo una tormenta y tuve que vomitar tres veces. Llegamos a Cádiz y de allí a Gibraltar. Cogimos un barco y nos dirigimos al centro, allí nos pusimos los trajes de buceo.

-¿Estas lista?- le pregunte a Graüben.

- Sí- me respondió.

Mi tío fue el primero en meterse en el agua, después Graüben y por ultimo yo, cuando entre pude muchos peces de diferentes colores, tamaños y formas, creí estar en el paraíso, entonces mi tío me señalo hacia el fondo, y nos dirigimos hacia allí, pude ver una gran profundidad y cada vez costaba más llegar, yo estaba muy preocupado por Graüben cuando al final llegamos al fondo pude ver unas estructuras, así que nos dirigimos hacia las estructuras.

- Eso podría ser la Atlántida- pensé mientras observaba aquellas estructuras tan peculiares.

Graüben fue la primera en llegar, seguido de mi tío y por ultimo yo, cuando por estuvimos al lado de las estructuras pude ver que había más edificios y todos eran de estilo griego, sin duda alguna aquella ciudad bajo el mar era la Atlántida, sacamos algunas fotos y cuando decidimos subir, un tiburón ataco a Graüben, cogí el arpón y me dispuse a salvarla, el tiburón era enorme y rápido pero yo conseguí clavarle el arpón en la barriga de aquella bestia y una vez muerta subimos a la superficie. Una vez en el barco mire a mi tío y con una sonrisa en la cara me dijo.

- ¡Lo hemos conseguido, hemos encontrado la ciudad pérdida, y además tenemos pruebas que lo demuestran!- 


Yo estaba muy sorprendido, no me podía creer que lo hubiéramos encontrado, entonces me dirigí hacia Graüben y le di un beso, me sentía muy feliz, y ya lo único que faltaba era ese viaje en barco que nos esperaba de regreso a España.

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